En Febrero de 2010 en su sitio metahistory.org el destacado
mitólogo, investigador y escritor estadounidense John Lamb Lash (1945) publicó
la siguiente interesante revisión de la película "Avatar" de fines de 2009, donde hace uso de
sus capacidades analíticas, orientadas por su saber en gnosticismo y en
especial por su dominio de la mitología que rodea al tema de la diosa caída,
encarnada en el planeta Tierra. Con su claridad y lucidez habitual el señor
Lash relaciona aquí las claves entregadas por dicha comentada película con los
conceptos que derivan sobre todo del mundo de las culturas chamánicas.
Una Revisión de "Avatar"
(2009) de James Cameron
Como autor de un sitio dedicado a la
enseñanza de la historia de la Tierra desde el punto de vista de la Tierra,
estoy complacido de declarar que la película Avatar es la primera obra
maestra de un nuevo género, la ciencia-ficción de Gaia [Gea, la
Tierra]. Por una vez Hollywood ha entregado una película épica que refleja la maravilla y la
magia de nuestro mundo, más bien que el señuelo de otros mundos en universos
lejanos. Pandora, el exótico planeta donde se desarrolla la historia, puede ser
considerado como un mundo paralelo al nuestro. Ecológicamente, es un reino de
biodiversidad espectacular e invención natural que linda con la magia, como el
nuestro. Metafóricamente, es la Tierra vista como el escenario de una batalla
entre gente autóctona y depredadores corporativos y militares. Mítica y
estéticamente a años-luz más allá de películas como Encuentros Cercanos del
Tercer Tipo, La Guerra de las Galaxias y la trilogía The Matrix,
aquí por fin hay una película que ofrece una eco-parábola para el siglo XXI.
Aquí está la obertura al reconocimiento por parte de la corriente predominante
de la Diosa de la Sabiduría y su historia, la visión Sofiánica [de Sofía]
de los Misterios.
"Lo que está aquí está allá; lo que
no está aquí, no está en ninguna parte", dice un refrán tántrico.
Avatar describe un mundo ajeno, Pandora, pero ese mundo ajeno sugiere
claramente a la Tierra en el esplendor original de la belleza edénica. El
argumento cuenta una historia de gente autóctona que triunfa sobre la violencia
y la avaricia que amenazan con convertir su paraíso nativo en una tierra
baldía. ¿Le suena familiar?.
Avatar es el folklore planetario modelado a partir de la Aventura del
Héroe hecha famosa por el mitólogo Joseph Campbell (The Hero with a Thousand
Faces) y por Jean Houston (The Goddess and the Hero). En mi propia
contribución al género, The Hero - Manhood and Power (El Héroe.
Virilidad y Poder, 1995),
sostengo que lo que hace de un hombre un héroe es el dominio del exceso y la
superabundancia de poder. Él necesita ese exceso porque él combate contra
fuerzas demasiado grandes. En la heroica lucha, las probabilidades a favor no
son nunca parejas. Un héroe como David siempre está en contra de un monstruoso
súper-poder como Goliat. Lo que hace del hombre, el varón, un héroe, es el uso
de su exceso de poder para derrotar a fuerzas aún más excesivas. Cada película
y libro que se han basado en el tema del héroe presentan este motivo.
La película de Cameron emplea este tema,
pero con una variante significativa: la adición de una heroína, Neytiri, que
hace posible que el héroe, Jake Sully, complete su misión. Cameron, que
escribió el guión, añade tres factores al argumento estándar de la Aventura del
Héroe. Tradicionalmente, el héroe es una persona solitaria y debe vencer
absolutamente solo los abrumadores poderes que se extienden contra él. En
la película, Sully recibe el apoyo y la ayuda de tres fuentes: la heroína
Neytiri, los Na'vi, la tribu indígena a la cual ella pertenece, y el Espíritu
Madre del planeta Pandora, Eywa. Jake Sully no es el único héroe del planeta
que él defiende contra los depredadores militares y corporativos, de manera que
el argumento de Avatar supera los límites tradicionales de este mitema [unidad mínima de significación mitológica].
Neytiri instruye a Sully en los caminos de
Pandora, y se desarrolla un romance inter-especies. Los Na'vi finalmente lo
aceptan, no como su mesías y salvador sino como la reencarnación de un héroe
guerrero, uno de sólo cinco miembros de la tribu que alguna vez montaron a un
feroz dragón volador, un Toruk.
Así reconocido, Jake reúne a todas las tribus de Pandora para luchar contra el aplastante
poderío de los depredadores militares y corporativos. Finalmente, en el momento
decisivo, cuando los nativos combaten con arcos y flechas contra una avanzada
tecnología militar y bombas incendiarias, Eywa interviene: ella envía la furia
desatada de los animales del bosque contra aquellos que profanarían su cuerpo
planetario para conseguir poder y ganancia.
Avatar describe una raza indígena de
chamanes cazadores-recolectores, los Na'vi de piel azul. La gente nativa vive
en una profunda inmersión en la ecología de su hábitat en un planeta llamado
Pandora, el nombre de una diosa griega, "aquella que lo da todo".
Cameron presenta en Pandora una metáfora cinematográfica de la Madre Tierra,
como algunos terrícolas pintorescamente solían llamarla. El animismo, el modo
de pensar colectivo más antiguo conocido por nuestra especie, afirma que este
planeta que da todo lo que se requiere para la vida no es un silencioso globo
material inconsciente, sino una criatura inteligente que se autorregula y que
es interactiva (animísticamente unida, si usted prefiere) con las criaturas que
están en su atmósfera, tanto humanas como no humanas. Del mismo modo, la
moderna teoría de Gaia afirma que la biósfera de la Tierra se regula a sí misma
en un constante programa de realimentación con la flora y la fauna (biota),
la totalidad de la vida sensible.
Tal como Gaia, Pandora es un súper-organismo consciente de sí mismo y
sensible cuya inteligencia interna los Na'vi llaman Eywa, Sofía por otro
nombre, siendo Sofía (la Sabiduría) el nombre dado en los Misterios a la
presencia divina del planeta, Ella que es la Madre Naturaleza que todo lo sabe,
la sabiduría de la Tierra viviente.
Incluso aunque utiliza imágenes generadas por computador para
representar a Pandora, la asombrosa belleza de la animación en esta película
sugiere cómo el mundo puede parecer en la contemplación edénica de la
imaginación. La tecnología no puede producir esa contemplación, o substituírla,
pero manejada con una consumada habilidad artística, como Cameron lo ha hecho,
puede simplemente guiar a la mente hasta el umbral de su propio potencial
visionario.
Los Na'vi practican una vinculación con plantas, aves y
animales para estar en armonía con Eywa, cuya presencia impregna a Pandora
mediante una red de zarcillos arbóreos. Ellos pueden conectarse a cualquier
planta o animal por medio de lo que podría ser llamado empatía chamánica. La participación en la historia de
vida de Gaia-Sofía también
requiere un acto de conexión o vinculación. Conocer y amar la historia de la
Diosa Caída es una cosa, y absolutamente esencial, por supuesto. Pero actuar la historia por medio
de una unión consciente con la presencia viva del espíritu planetario, es algo
muy distinto. Las imágenes generadas por computador de Avatar muestran
un mundo de inmensa belleza y admiración, por cómo este mundo nuestro parecería
al experimentar aquella actuación.
Esta película conmoverá el deseo no expresado en muchos corazones
humanos de estar vivo en el Soñar de Gaia con ella, y de descubrir así
nuestro verdadero papel en el tejido planetario.
Adoración de la Naturaleza
Desde su estreno en Diciembre de 2009,
Avatar ha recibido algunos comentarios favorables, incluso entusiastas, y
muchas opiniones negativas. La pandilla del Vaticano y los cristianos
anticuados están particularmente molestos por la visión Pandoriana. Una
protesta clamorosa contra el paganismo, la religión de Gaia, la Wicca
y la adoración de la Naturaleza puede ser oída a través del globo. La objeción
principal de los cristófilos consiste en que no podemos encontrar la salvación
en el mundo natural sino sólo mediante el sobrenatural Mesías. Yo contestaría
que si realmente vivimos en armonía con el mundo natural no necesitamos la
salvación, en primer lugar. Esa respuesta es la que conforma el argumento de mi
libro "Not in His Image" (2007) donde remonto las raíces del
terrorismo global hasta el "virus
salvacionista" de la fe islámica y judeo-cristiana en un
Redentor divino.
La visión de que vivir sanamente y con inteligencia en un cercano lazo
interactivo con la Naturaleza, como lo hacen los Na'vi, elimina la necesidad de
la salvación de parte de un Dios Padre de fuera del planeta, no es mía, ni es
tampoco una excentricidad personal: ése es el genérico concepto pagano de la
vida. Ésa es también la visión de los herejes intelectuales, aquellos que
eligen pensar de manera diferente que los creyentes ciegos. La palabra
"herejía" viene de una raíz griega que significa simplemente
"elegir, tener una opción".
El cristianismo es raramente una opción para aquellos que lo abrazan.
Ascendió al poder históricamente por medio de la brutal destrucción de los
pueblos autóctonos de Europa, también conocidos como Paganos. En "Not
in His Image" comparo esa masacre al genocidio y "conversión"
al por mayor de los indios norteamericanos por parte de colonos europeos.
Avatar no hace ningún intento de describir una conversión de los nativos a
una ideología religiosa de paternalismo divino, quizá sólo de sobornarlos con
camisetas y otras menudencias. Los invasores de Pandora no declaran ninguna
ideología religiosa triunfante: ellos son puramente depredadores militares y
corporativos en busca de un raro mineral. Pero un estudio honesto de la
Historia moderna muestra que aquellas corporaciones y órdenes militares, desde
el Ejército estadounidense a los Caballeros de Malta, se basan en el
paternalismo divino, poniendo a Dios de su lado.
El cristianismo es cómplice del saqueo y expoliación de la Tierra y de
la matanza de pueblos nativos tanto hoy como siempre lo fue. Incluso aunque la
religión de los perpetradores no figure en el argumento de Avatar, y
aparentemente no le interese a su escritor-director Cameron, aquello es
obviamente una preocupación enorme para muchos de los espectadores. Los
cristianos anticuados están particularmente disgustados por la percibida
idealización de pueblos nativos, salvajes con arcos y flechas que practican
ritos chamánicos y que se vinculan con los animales, aun cuando ellos los
matan. Las reseñas negativas y francos ataques contra Avatar dan a los
fieles creyentes en Dios y Cristo una oportunidad para expresar su
resentimiento y revelan, una vez más, cuán odiosos son ellos realmente, cuán
intolerantes son de la coexistencia, y cuán incapaces son de reverencia hacia
la Tierra o respeto para cualquiera que la ame y la adore como una gran madre
animal.
La protesta contra los peligros de la
adoración de la Naturaleza es salvajemente reveladora de aquellos que la
proclaman. ¿De qué están tan temerosos ellos?, ¿contra qué realmente protestan
ellos? En gran medida, esa respuesta es puramente ignorante: desafío a
cualquiera que condena categóricamente la adoración de la Naturaleza a que
defina pagano, o animismo, o chamanismo. Tal ignorancia es peligrosa, sobre
todo cuando no es cuestionada y engaña extraviando a la gente que de otro modo
sería receptiva a la visión alternativa de la adoración de la Naturaleza
(religión de la diosa, como también puede ser llamada), contrastada con la
adoración de un Dios Padre de fuera del planeta que salva a la raza humana
infligiéndole el día del juicio final. En el mejor de los casos, la
controversia sobre Avatar puede inspirar a algunas personas a investigar
el correcto sentido del paganismo, la adoración de la Naturaleza, la Wicca,
la brujería y el chamanismo, como tales términos son entendidos por aquellos
que abrazan las opiniones y prácticas comprendidas.
Un pagano es simplemente alguien que vive
en la Naturaleza, en el campo, cerca de los recursos naturales, el Paganus de
los latinos, no una persona urbana que vive enjaulada en una celda entre
extraños y que confía en medios y recursos para vivir artificiales y hechos por
los humanos. Todos los pueblos autóctonos son paganos. Considerado como una
religión o cosmovisión, el paganismo es la orientación no institucional, tribal
o comunitaria, de la cultura humana con respecto al mundo no humano, con la
intención de preservar un pacto o vínculo con las fuerzas más grandes del
medioambiente, de modo que la sociedad humana pueda sobrevivir en una manera
sana y armoniosa. Como tal, el paganismo es sólo la expresión cultural
colectiva de la cosmovisión más antigua en la Tierra: el animismo.
La fuerza vital del planeta Tierra es
animada y animadora, dando expresión a criaturas que sienten que están vivas.
La percepción de que el mundo está vivo, no la mera creencia en ello, es
el animismo (Not in His Image).
Un animista es un científico de la vida
empáticamente involucrado en el experimento sin límites determinados y libremente
disponible de la actividad humana en la Tierra. Para un animista, la fuente de
vida es también fuente de moralidad, sanación, y liberación de los límites de
la condición humana, es decir, la fuente de la trascendencia. Si la fuente de
la trascendencia está presente aquí y ahora en el reino de los sentidos, uno no
la busca en otra parte. Los consejeros jesuítas en el Vaticano seguramente
saben esto, habiendo hecho sus tareas en antropología.
Es por esto que ellos están tan
aterrorizados de la atracción del mundo Pandoriano: la dichosa inmersión en el
beatífico diseño inteligente de la Naturaleza es la bendición del animismo, así
como la certidumbre de alcanzar lo superior por medio del mundo
de los sentidos. Esta certeza es por lo general disfrazada con un término
filosófico, la inmanencia divina. La presencia de lo Divino en el aquí y
ahora es una visión reflexionada, no una creencia ciega, de wiccanos,
paganos y pueblos autóctonos de todas las culturas en todos los tiempos.
Mientras una comunidad o una civilización entera (como las civilizaciones
pre-cristianas de Europa y de la cuenca del Mediterráneo) tengan tal
certidumbre, usted no puede venderle a sus miembros un boleto para la
salvación. De una u otra forma, Avatar toca y despierta aquella certeza.
La completa belleza de la película insinúa al espectador la divina inmanencia.
Las protestas contra la película por el asunto de la adoración de la
Naturaleza probablemente revelarán en una manera muy flagrante la estupidez y
el prejuicio ignorante de cristianos entrampados en una serie de problemas
mentales, que deduce algo más o menos como esto: Paganos = abrazadores de
árboles = sucios hippies = salvajismo indígena = adoración de la
Naturaleza = satanismo = sadismo = sacrificio humano = orgías = magia negra =
dañar y matar gente por pura diversión. Ahora bien, ésa es una apasionante
receta para alguna malvada diversión, quizás, pero difícilmente iguala el
registro de la Iglesia de la Única Fe Verdadera.
«Piense en una religión que ofrece
un instrumento de tortura como un símbolo del amor divino y que eleva el
sufrimiento a la categoría de un propósito divino: "La víctima divina
refleja a la Humanidad, no la solución a nuestro sufrimiento y un modo de
vencerlo sino nuestra total y consumidora esclavitud. La condición de víctima
funciona porque hace que la fuerza del sufrimiento parezca más fuerte que la
fuerza de la vida misma"» (Not in His Image, cap.
19, Un Único Mensaje de Amor).
El monopolio del Vaticano sobre el sadismo, impuesto mediante la
conexión entre víctima y perpetrador, es, por supuesto, indirectamente
amenazado por la susodicha secuencia de absurdas asociaciones. Pero esto
empeora para los católicos y cristianos antiguos de toda clase: Si los paganos recuperan la Tierra, tal como
la gente de Pandora recobra su planeta, ¿dónde, los devotos del Dios Padre de
fuera del planeta y de su hijo omni-sufriente, el Mesías, van a encontrar
refugio? Ellos podrían encontrar a algunos furiosos paganos yendo tras ellos
con la magia nativa. Ellos podrían encontrar alguna hechicería Gaiana y una
refinada brujería invadiendo su fortaleza circunscrita por la fe. Debe ser
dicho —en efecto, es únicamente mi placer y mi privilegio el decirlo— que la
venganza, no el perdón, es esencial en el código de honor de la ética pagana.
Héroe Híbrido
Una de mis reservas en cuanto a Avatar fue la definición de aquel
mismo término dentro del contexto exacto de la película: un avatara
es el cuerpo genéticamente diseñado que combina genes humanos y genes nativos
de los Na'vi, y de ahí que sea un híbrido capaz de vivir entre los
nativos Pandorianos como uno de ellos. Bajo ciertas condiciones, en todo caso.
Ahora bien, ahí es donde el argumento de
Cameron se hace poderosamente interesante para mí como un estudioso del
gnosticismo. Al principio, me preocupó que el concepto de "híbrido"
fuera una argucia para representar una vida artificialmente modificada,
Inteligencia Artificial, o de que aquello pudiera promover la noción ciber-chic de superhumanismo, a saber,
genética humana y capacidad mental modificada por la ciencia computacional, o
un mejoramiento genético-protésico [de prótesis] del cuerpo humano con
componentes artificiales, como es descrito en películas como RoboCop, la
serie Terminator (también dirigida por Cameron), y AI [Inteligencia
Artificial], el sentimental cuento de un androide programado para amar...
como si cualquiera pudiera programar el amor.
Aquellos que estén familiarizados con este
sitio web saben que tengo una fuerte postura contra la Realidad Virtual,
concebida como superior a, o incluso como un sustituto adecuado de, la realidad
natural, circunscrita a la Tierra y conducida por los sentidos. Esta objeción
viene de mis estudios de las enseñanzas gnósticas que advierten acerca de HAL,
simulación o inteligencia artificial, también conocida como el factor Arconte
[1] tan claramente descrito en los textos gnósticos coptos.
Bien; tras ver Avatar reconocí
inmediatamente que Cameron había satisfecho mis rigurosos estándares de
invención mitológica sin deslizarse hacia exageraciones de artificialidad y
simulación. Ése es un fantástico avance. Según Cameron escribe la historia,
Jake Sully es un gemelo cuyo hermano era el sujeto original del programa de
hibridación del avatara.
El ADN de su hermano fue combinado con el ADN Na'vi para producir un humanoide
de tres metros de alto, de piel azul y felino que puede vivir entre los Na'vi y
respirar la atmósfera de Pandora, que los humanos comunes no pueden. Cuando su
hermano murió, Jake, que perdió el uso de sus piernas en acción como infante de
marina, consigue reemplazarlo. Su inocencia, combinada con una fuerza guerrera
bruta y una profunda astucia, realmente lo convierten en un agente magnífico
para infiltrarse entre los Na'vi y aprender sus costumbres para beneficio de
los depredadores; tal es su misión, al menos.
Pero Sully se vuelve nativo y traiciona a
sus amos terrestres, usando la misma forma híbrida que ellos le dan, para
luchar contra ellos por la causa de Eywa, el poder de la madre.
¡El héroe de Avatar
es un gemelo! Qué fantástico. Mi libro "Twins and the Double"
explora la enigmática potencia de la magia de los gemelos reconocida en todas
las culturas del mundo. Cameron ha usado el tema de los gemelos con gran
delicadeza, lo que le ha permitido evitar la desviación hacia el
trans-humanismo o la artificialidad alienígena. Estoy impresionado, pero las
cosas son aún mejores. Mucho mejores. En algún lugar en este sitio he señalado
que la bilocación [bi-localización] es la emoción más grande en el
mundo. Codificada en la imagen mitológica de los gemelos está la experiencia
de la bilocación: estar físicamente en dos lugares a la vez y
estar consciente de ambos lugares, es decir, actuar en un lugar mientras se
está totalmente presente y actuando en el otro. La bilocación es un logro de
los practicantes del yoga y un poder de chamanes consumados, un hecho notable
para el cual hay algunos testimonios de primera mano. Yo mismo me he bilocado
en numerosas ocasiones. Usted no tiene que creerme, pero lo he experimentado
directamente.
La bilocación ha sido atribuída a algunos
santos católicos, principalmente al Padre Pío. Los fieles elogian dicho
logro como un regalo espectacular y excepcional de Dios, reservado para
los santos con la aprobación del Vaticano, pero es mucho más común en las
culturas chamánicas. La proyección astral es una forma atenuada; la bilocación
virtual es la forma extrema. Las Experiencias de Casi Muerte (ECM) dan
testimonio de un tipo de bilocación en el cual la gente ve su cuerpo postrado
en una cama de hospital, probablemente muerto, pero ellos no necesariamente ven
el otro cuerpo que observa a la persona agonizante. En algunas ECM, sin
embargo, la gente vaga lejos con su doble y luego vuelve a la vida. Los
participantes de los Misterios Eleusinos atestiguaron la experiencia de
vagabundeo en un segundo cuerpo en los Campos Elíseos, comparando la iniciación
a la muerte, pero, felizmente, una muerte a la que se puede sobrevivir.
La bilocación es una forma de geminación
[duplicación]. Jake Sully es un gemelo dos veces. Él tenía un hermano gemelo, y
él tiene un gemelo avatárico, su propio híbrido. Sully tiene que entrar en una
especie de tanque de aislamiento y ponerse a dormir para que su conciencia sea
teletransportada a Pandora donde su híbrido está despierto y activo. Él debe
entrar en una especie de trance chamánico a fin de vivir y actuar en su
identidad avatárica en Pandora. Si Cameron lo sabía o no, este aspecto del
argumento no es invención suya: el saber mundial del chamanismo da testimonio
de la capacidad del chamán de caer en un trance, y de caer en tierra en un
estupor. Aquello es llamado el transporte extático. Luego en su cuerpo
soñante o doble plásmico, el chamán explora otros mundos o puede
aparecer como una persona normal en este mundo, pero físicamente removido de
donde su cuerpo descansa en el trance.
La transportación en trance por medio de la
geminación, como podría ser llamado, trae a la mente las extravagantes
acciones en los mundos escindidos de la trilogía The Matrix. Pero hay
una diferencia enorme entre Neo teletransportándose a la Matriz y Jake
bilocándose en Pandora. La Matriz es un mundo simulado, una zona de realidad
virtual sostenida por programas de computador que proyectan enormes campos de
colores, sabores, sonidos, etc., simulados (léase: falsificados). No se trata
del verdadero mundo sensorial del planeta Tierra sino de la Tierra concebida
como un "planeta prisión", un término usado por el alarmista de
YouTube Alex Jones de infowars.com. Jones parece ser un cristiano
que desdeña "la religión mundial de Gaia" y condena la película
Avatar como propaganda del Nuevo Orden Mundial que hace de todos nosotros
unos avataras en el esquema de los Illuminati. Él, el alarmista,
quizá estaría alarmado de enterarse de que el concepto de planeta-prisión se
originó en los videntes paganos de los Misterios que compararon el Sistema
Solar a una prisión dirigida por los Arcontes, unos cyborgs
alienígenas. Aquella metáfora mitológica describe la esclavización de la
Humanidad a sus propias proyecciones y conceptos mentales, es decir, una
esclavización a una mentalidad alienígena que actúa dentro de nuestras propias
mentes y por la cual no puede culparse a fuentes externas, aunque pueda ser
alterada y afectada por influencias externas.
Identidad Avatárica
Para volver al punto principal aquí: la
geminación es un mitema que le da forma al argumento de Avatar de
un modo ingenioso. El experimento de hibridación avatárica es una brillante
metáfora cinematográfica para significar el chamanismo. Al igual que los
chamanes a través de las épocas, Sully entra en un trance para que él pueda
actuar en su doble, su propio gemelo. El truco consiste en que el propio gemelo
en este caso ha sido construído artificialmente, y sin embargo se trata
auténticamente del mismo vehículo que un chamán usaría para explorar la
dimensión sobrenatural de este mundo o para aventurarse en otros mundos.
Aquellos que la han experimentado (incluyéndome a mí mismo) pueden certificar
que la bilocación es real y no una fantasía, algo tan real como vivir y moverse
en este mundo corriente.
El avatara de Jake realmente vive y actúa
entre los Na'vi en Pandora, a diferencia de Neo, quien entra en un mundo
fantasma cuando él es enchufado a un arcaico mecanismo y descargado en la
Matriz. La trilogía The Matrix es una metáfora bastante buena para
significar el planeta-prisión de los videntes gnósticos, pero no puede ser
comparada con la geminación mitológica y chamánica de Avatar.
En su sentido más antiguo, la palabra
avatara deriva de un verbo sánscrito que significa "descender". En el mito hindú, un avatara es un ser divino que
desciende a la Tierra en forma humana para intervenir en la Historia, no un
mesías como Cristo que muere para salvar al mundo o que implementa el juicio
divino, sino un agente de rescate como un salvavidas en una playa. (La forma
del avatara en la religión hindú es fantasmal, o docética,
en el lenguaje gnóstico: una aparición. Pero entonces ¡el mundo entero es una
aparición, en la visión hindú!). Existen diez avataras de Vishnú, el dios durmiente de la religión
hindú. A medida que Vishnú sueña al mundo durante inmensos períodos de tiempo,
la deidad entra periódicamente en las situaciones que él sueña, tomando un
cuerpo y una personalidad humanos, o formas animales como una tortuga o un
león. Se ha dicho que el noveno avatara de Vishnú se produjo en aspecto
humano: el Señor Krishna, un rey filósofo indio que murió en 3102 a.C. El
décimo avatara de Vishnú, que ha de venir, es llamado Kalki, descrito
como un caballo blanco, a veces con un guerrero arquero en su espalda. (Creo
que esta expresión avatárica puede estar manifestándose en los Leones Blancos
de Timbavati [2]).
Jake Sully en su cuerpo Na'vi no es un avatara
que desciende desde un mundo más alto; no, su destino es más maravilloso que
eso. Él es la
encarnación de él mismo liberado en un mundo presente
de dimensiones mágicas. Desde muchos puntos de vista, y más brillantemente en
este artificio del argumento, la película de Cameron trasciende las mismas
estructuras metafóricas de que hace uso.
El avatara de Avatar no es
una figura mesiánica. Ni con mucho. Aquí una vez más Cameron hace un uso
impecable de precedentes mitológicos y chamánicos. Jake Sully es un héroe al
servicio de la madre Tierra planetaria, Eywa-Gaia, por otro nombre. Él no es
una figura mesiánica masculina Blanca, como algunas reseñas hostiles han
afirmado. En "Not in His Image" muestro que el perfil del
mesías en la fe salvacionista es claro e inequívoco, que consiste en estos
elementos: origen sobrehumano, enviado en una misión por el padre divino, su
sufrimiento redime al mundo, él preside el juicio final, su muerte es un
requerimiento para salvar a la Humanidad, y él es milagrosamente resucitado por
Dios, no por la gente que viene a salvar. Considerado especialmente en
el último punto, el héroe de Avatar no es ningún mesías:
Sully muere en su forma humana y despierta
como un Na'vi después de que él ha luchado al lado de los nativos, como
uno de ellos, en su batalla contra los depredadores. Su resurrección resulta
del ritual tribal y de la empatía de la gente que adora a la diosa, y no por
una orden verbal de un Dios Padre de fuera del planeta. El mesías salvacionista
nunca es uno de la gente, nunca un miembro igual de la tribu humana.
Poderes Animales
Por contraste con el típico mesías que
está autorizado por y que actúa desde un poder supraterrenal, el avatara de
Jake depende de su vinculación con un poder animal, la gran ave predadora
Turuk. Cada guerrero Pandoriano tiene un akran, un doble sobrenatural
o nahual. Este tema es puramente chamánico, y eterno en el legado
espiritual y mágico de nuestra especie. En la esfera que abarca el animismo,
los individuos humanos tienen afinidades particulares con ciertos animales.
Ellos pueden convocar a esos animales, encontrarlos en la Naturaleza, o cambiar
su forma por la de ellos. Con el tiempo, las culturas animistas a menudo se
desarrollaron como sociedades guerreras, que tienen que ser
rigurosamente distinguidas de las sociedades paternas urbanas. En
las sociedades guerreras la figura de la Diosa es central, y los poderes
animales son reverenciados como sus atributos y proyecciones. La cultura de los
Na'vi es simplemente una de tales sociedades guerreras-cazadoras que tiene una
reverencia por los poderes animales, como Jake aprende cuando Neytiri le enseña
cómo matar con reverencia y estar agradecido con la presa. La lección del
vínculo entre la presa y el depredador figura de manera significativa en las
escenas finales de la película. La invocación de los poderes animales también
desempeña un papel decisivo en el desenlace de la historia.
Cameron reanuda muchos temas chamánicos y
mitológicos con exactitud excepcional. Esto es extremadamente inusual de
acuerdo a los estándares de Hollywood. No sé a quien él consultó para la
mitología incorporada en la historia y las imágenes de la su obra maestra...
Quizá él tiene un guía y consejero secreto. Él afirma haber visto la película
entera en un sueño anterior en su vida. Como un terma, un tesoro de
sabiduría, a él le fue dado intacto y entero desde un primer momento. Tal
experiencia es típica de los tertons, los descubridores de tesoros, así
como de músicos maestros como Mozart y Scriabin, que afirmaron haber oído sus
enormes composiciones en un solo segundo. El escritor francés Balzac, también,
afirmó haber tenido un momento de "consciencia cósmica" en el cual él vio el
argumento entero y todos los personajes, aproximadamente 242, de su novela
La Comedia Humana.
El mundo de la ciencia proporciona ejemplos similares. El químico alemán
August Kekulé vio la estructura anular del carbono en una visión hipnagógica al
borde del sueño. En algunos casos, cuando los científicos lo admitan,
aprendemos que sus descubrimientos surgieron de un estado de consciencia
aumentada inducido por una sustancia psicoactiva, como el LSD. Aunque él no
permitiera que ello fuera conocido durante su vida, Sir Francis Crick,
el co-descubridor de la estructura del ADN junto con James Watson, tuvo la
visión de la doble hélice en un estado alterado de consciencia inducido por el
LSD. Los científicos que acompañaron a Jeremy Narby a Perú para rituales de
trance con ayahuasca declararon que ellos fueron capaces de ver el nivel
molecular de la Naturaleza directamente y de entender y hacer progresar el
pensamiento científico de ellos debido al impulso de la sagrada planta
medicinal.
No deseo sugerir que Cameron fue de alguna manera influído por plantas
psicoactivas para concebir y crear Avatar, pero la película misma
puede inducir aquella clase de efecto en los espectadores. Cualquiera que
haya visto el imponente esplendor de Gaia, vívido, pulsante, milagrosamente
diseñado, vivo en cada detalle y seductoramente invitador en el panorama de
sensaciones que surgen placenteramente en el cuerpo como la acometida del
océano por entre los poros de un arrecife de coral... cualquiera que haya
tenido aquella experiencia de primera mano, creo, dará testimonio a aquellos
que no la hayan tenido de que el completo esplendor estético de esta película
apunta a la visión beatífica del Elíseo, el Paraíso Terrestre; no una visión de
un mundo ajeno sino la visión fundamental de este mundo. Sí, así es realmente
cómo se percibe aquí en el mundo natural. Sí, realmente. Oh, sí que lo hace.
El hecho de que Cameron y compañía entreguen esta visión de la
Naturaleza usando los instrumentos más sofisticados de artificialidad y
simulación, imágenes generadas por computador (IGC), es una gran innovación de
su clase. No quiero decir una innovación tecnológica sino una innovación de
percepción. En las fábulas de hechicería de Castaneda, Don Juan define la
práctica del guerrero místico como un irrumpir por entre los parámetros
fijos de la percepción. Cameron ciertamente consigue eso con los efectos
especiales de esta película. Yo diría que sólo un artista que ya tiene una
visión genuina que entregar puede usar IGC en esta espectacular manera. Las
IGC mismas no pueden entregar tal visión. Incluso aunque usa el recurso de la
simulación para representar a Pandora, la asombrosa belleza de la animación en
esta película muestra cómo el planeta que habitamos realmente aparece en la
contemplación edénica de nuestra inocencia, que fue y que será.
En un momento crítico de la película el avatara
de Jake va al árbol sagrado de Eywa para pedir ayuda en la utilización de arcos
y flechas para derrotar a una masiva flota de aviones militares de alta
tecnología. Pero Neytiri tiernamente le aconseja: "La gran madre no interviene en nuestros asuntos, Jake; ella sólo
protege el equilibrio de la vida".
Los paganos cumplen y reverencian el equilibrio
de la vida. Comprendida en aquel equilibrio está la precaria estabilización
entre lo ordinario y lo sublime. El misticismo experimental consecuente con
tradiciones chamánicas de una indecible antigüedad revela que el poder
sobrenatural está presente en el mundo natural, aquí mismo, justo ahora. La
sublimidad de la belleza de Gaia es en sí misma una fuerza sobrenatural. Entrar
en aquella belleza y ser extáticamente consumido en ella, temblando en vuestras
células, y tambaleándose por su impacto, como un marinero borracho en la
cubierta de un barco durante un tifón, esa entrada, corpórea e inmediata, hace
al observador pertenecer a la belleza y desear estar para siempre en
aquella belleza, para no tener que vivir una vida disminuída, auto-suprimida,
estrecha y superficial. Después de un genuino encuentro bio-místico con la
Madre Tierra en su desnudo esplendor, usted ya no pertenece sólo a usted mismo.
Y en aquel encuentro, la belleza comienza a hacérsele a usted propia.
Pero el cristianismo y los otros credos
salvacionistas niegan y rechazan la belleza divina de este mundo. Ellos afirman
que la Naturaleza y los impulsos naturales son pecaminosos y merecen ser
castigados. Ellos insisten en la autoridad de una fuente sobrenatural de más
allá de la Tierra y de la especie humana. Ellos reparten el castigo y la
recompensa en una completa desconsideración por el mérito. Para imponer sus
retorcidas, paranoides y pseudo-mágicas creencias ellos realizan un enorme
esfuerzo para matar la verdadera magia dondequiera que ella surja en
este planeta: en la tierra y en los árboles, en el agua y en el cielo, en las
plantas, en los animales, en los niños, y en la gente de verdadera inocencia y
alta imaginación.
La Historia es el registro de matar la
magia, de aniquilar los talentos sobrenaturales proporcionados por Gaia a su
privilegiado niño problema, la raza humana, si no de exterminar la raza misma.
En esta tardía fecha en el ciclo de las Eras, uno bien puede preguntarse dónde
está la contra-magia en este atroz cuento de auto-aniquilación.
No sé dónde Cameron consiguió su
mitología, o si él necesitó o prestó atención al consejo de alguien como gente
como yo. En "Living Myth" [3] registro mi opinión de que el
renombrado erudito de mitología comparada Joseph Campbell aconsejó malamente a
Spielberg y a Lukas en el argumento para La Guerra de las Galaxias. Él
les entregó el drama sin salida del dualismo persa, la batalla entre la Luz y
la Oscuridad. Lo que él debería haberles dado, creo, era un mito Gaiano como la
visión Sofiánica de los Misterios. La película de Cameron resuena en muchas
maneras con aquella visión, pero su principal fuerza es la mitología pura del
cazador chamánico de la Prehistoria.
La heroína Neytiri trae a la mente a la
joven arquera neolítica de la Cueva del Oso, cerca de donde vivo en Andalucia,
España. Ahí está la perfecta imagen de Artemisa, la casta y evasiva cazadora
del mito griego. Ella es mejor conocida por haber hecho que un anciano llamado
Acteón fuera devorado por sus propios perros de caza [después de convertirlo en
un ciervo] cuando él la descubrió bañándose desnuda a la luz de la Luna, y la
deseó después de ver su encantadora forma. Pero un mito más antiguo revela el
verdadero alcance y propósito de la naturaleza vengativa de la cazadora: cuando
el cazador Orión excedió la cuota de animales a cazar dispuesta para él por la
Madre Tierra, Artemisa envió a un gigantesco escorpión para que lo picara hasta
la muerte. (Aquella versión de "la venganza de Gaia" no fue escrita
por James Lovelock).
Neytiri es la vengativa Artemisa del planeta
Pandora representada en la Cueva de la Pileta [en Málaga]. Ella, sin embargo,
no es una figura del pasado antiguo. Retratada imaginativamente en una
película, ella puede venir ahora a andar por el mundo en persona. Hollywood
es a menudo un oráculo predictivo de la inconsciencia colectiva. Neytiri
encarna la magia que mata, capaz de restaurar el equilibrio moral en el mundo,
comparable a la letal habilidad de caza y equitación de una ninfa neolítica.
Avatar lleva este mensaje extremadamente anticristiano a los nativos de la
Tierra: Está abierta la temporada de caza contra los depredadores.
Neytiri derriba al senescente comandante militar en su enorme caparazón de
armadura de RoboCop con dos flechas dirigidas al pecho: una por la matanza,
otra por no mostrar la reverencia debida a Eywa, la Diosa de la Tierra. Allí,
desplegada, está la dual magia de matanza, moralmente equilibrada, de
eliminación y venganza.
En la rica mitología de lo Divino
Femenino, Kali es un nombre para la ira de la Diosa, pero igualmente para la
indignación de los seres humanos que se reúnen para proteger todo lo que la
Diosa les da para su placer y su supervivencia por igual. Imagine la ira de un
leona madre en la protección de sus cachorros, pero ampliada a la especie
felina entera. Imagine aquel feroz despertar de emociones en los corazones
humanos y su difusión por la sociedad como una fuerza empática para unir a la
gente a pesar de sus diferencias y divisiones. Imagine que no el amor sino una
rabia divina une a la Humanidad en un deseo trascendente de una coexistencia
pacífica, e incluso festiva. Si aquello llegara a suceder, la especie humana
estaría unida de nuevo al instante con toda la vida sensible en la
oleada interactiva de una fuerza insuperable, la marejada del aura emocional de
Gaia.
En Avatar, en el momento en que los
Na'vi parecen haber perdido completamente la batalla, Eywa libera los poderes
animales para luchar con ellos contra los invasores corporativos y militares.
Ella interviene para proteger el equilibrio de la vida.
Pero los humanos son también animales de
poder en la progenie sobrenatural de la Madre Tierra. La ira del animal humano
contra la depredación por parte de aquellos de su propia especie emplea la
magia negra superior de Kali, la suprema protectora de los guerreros Gaianos.
Con la adoración de la Madre Naturaleza
viene la feroz voluntad de proteger y preservar sus caminos, no sólo nuestra
vida como auto-definidos humanos sino la red de todo lo que vive. Avatar
inspira reverencia por la Tierra por la belleza de sus imágenes
cinematográficas, y hace más también, ya que es una genuina eco-parábola, una
historia atemporal con una moraleja para hoy. Los Na'vi somos nosotros. En el
balance del cálculo de Gaia, donde la supervivencia humana está siendo decidida
ahora mismo, el camino hacia la belleza planetaria es también el camino del
guerrero que recobra el planeta. Avatar muestra ese camino.–
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