El
siguiente texto que ofrecemos en castellano es el capítulo 12 de la segunda
parte del libro de Victor y Victoria Trimondi (seudónimos del teólogo alemán Herbert
Röttgen y su mujer Mariane) "The
Shadow of the Dalai Lama. Sexuality, Magic and Politics in Tibetan Buddhism"
(2003), del sitio trimondi.de, de
orientación no sólo izquierdista sino con un encono particular hacia el Dalai
Lama y el budismo tibetano. Los autores en este capítulo se centran en las
amistades y relaciones que tuvo el Dalai Lama con personajes
nacionalsocialistas y fascistas, llevándose todo el peso del énfasis un
análisis de algunas ideas de Miguel Serrano relacionadas con el tantrismo. Como
hoy se cumplen ocho años de la partida del escritor chileno, sirva esto como
saludo a su obra y su actitud.
EL
OCULTISMO FASCISTA y SU CERCANA RELACIÓN
con
el TANTRISMO BUDISTA
por Victor y
Victoria Trimondi, 2003
El fascismo visionario estaba, y en realidad todavía está, fascinado de
manera excepcionalmente profunda por la forma budocrática del Estado. A finales de los años '30 (cuando diversos
sistemas fascistas florecieron en Europa y en el mundo entero) Spencer Chapman,
un viajero en el Tíbet, escribió que "incluso en la época de los
dictadores uno sólo puede estar asombrado por el poder incontestable que posee
el Dalai Lama" (F. Spencer Chapman, Lhasa: The Holy City, 1940, p. 192). La idea de la monarquía del
mundo, la unión del poder espiritual y secular en una sola persona, la
ideología de la guerra en el mito de Shambhala, la inflexible orientación
androcéntrica [centrada en el varón], la visión tántrica de lo femenino, el
ambiente ocultista entero y muchos otros aspectos, fueron adoptados
específicamente por diversos ideólogos fascistas y amalgamados en un mito
agresivo. Como veremos luego, los sistemas fascistas enteros están basados en
la adopción de doctrinas tibetano-tántricas.
Los Amigos Nacionalsocialista del
14º Dalai Lama
Tan deprimente como pueda ser para los seguidores del ganador del Premio
Nóbel de la Paz, ha habido un contacto continuo entre el Dalai Lama y la
extrema Derecha y antiguos nacionalsocialistas. Su cercana amistad con su
consejero alemán Heinrich Harrer se ha convertido en el más famoso de dichos
contactos. Eso provocó un pequeño escándalo en 1997-1998 cuando, después de
años de investigación, el periodista austriaco Gerald Lehner tuvo éxito en
hacer público el pasado nacionalsocialista de Harrer, que éste había sido capaz
de mantener en secreto durante muchos años. Harrer no es un cualquiera. Él es
uno de los más conocidos escritores internacionales y ha vendido más de cuatro
millones de libros en 57 idiomas (principalmente sobre el Tíbet y el
decimocuarto Dalai Lama).
El austriaco alpinista y esquiador de
competencia se integró a la SS el 1º de Abril de 1938, y en el mismo año
recibió instrucciones para subir el Nanga Parbat en el Himalaya después de una
reunión oficial con Adolf Hitler. Heinrich Himmler, él mismo muy interesado en
los fenómenos ocultos, le ofreció a Harrer, según dice éste, una expedición al
Tíbet. En 1942 el Reichsführer de la SS (Himmler) ordenó la
creación del Sven Hedin Institut für Innerasienforschung (Instituto
Sven Hedin para la Investigación de Asia Central). Ese establecimiento
educacional tenía como objetivo estudios esotéricos, científicos y raciales
combinados.
Fue completamente en ese orden de ideas que Himmler estuvo interesado en
doctrinas ocultas del "misterioso
Tíbet", y supuso —probablemente bajo la influencia de ideas
teosóficas— que una "raza de sangre
nórdica" existía allí, oprimida por los ingleses y los chinos, y
esperando su liberación por los alemanes. El "consejero" de Himmler,
relata la revista alemana Spiegel, el científico Ernst Schäfer creía que
el Tíbet era la cuna de la Humanidad, el refugio de una "raza de raíz aria", donde una casta sacerdotal había
creado un misterioso reino de Shambhala, decorado con el símbolo budista de la
rueda de la enseñanza, una esvástica. En 1934 Schäfer intentó, en la primera de
dos expediciones financiadas por la SS,
detectar remanentes de la "nobleza
intelectual nórdica" (Spiegel, 16/1998, p. 111).
El doctor Ernst Schäfer, un especialista
acerca del Tíbet y un ornitólogo, pertenecía al equipo personal de Himmler, y
en 1943 asumió el mando científico del célebre proyecto "Ahnenerbe"
("Herencia Ancestral"),
principalmente dedicado a estudios raciales. Su tercer viaje de investigación a
los Himalayas fue oficialmente descrito como "La Expedición SS de Schäfer" y fue considerado
como un enorme éxito (Kater 1997, p. 80). Tras regresar en Agosto de 1939, el
científico fue recompensado en reconocimiento con el anillo SS y con la daga de honor.
Posteriormente, el Reichsführer de la orden negra (Himmler) tuvo grandes
planes para su protegido: se supuso que Schäfer volvería al Tíbet y "agitaría al ejército tibetano contra
las tropas británicas/indias" con una tropa de choque de 30 hombres
(Kater, 1997, p. 212). El compromiso, sin embargo, fue cancelado por orden
directa de Hitler. En los años siguientes, Schäfer en cambio construyó el Instituto Sven Hedin para la Investigación
de Asia Central con gran éxito, convirtiéndolo en la división más grande
dentro del proyecto Ahnenerbe.
Pero volvamos a Heinrich Harrer. La guerra estalló mientras él estaba
todavía en India, y el joven alemán fue internado por los británicos. No fue
sino hasta 1944 que él pudo huír al Tíbet con un camarada. La casualidad o el
destino lo llevó a actuar como el tutor personal del joven Dalai Lama hasta
principios de los años '50, y a enseñarle acerca de todas las
"maravillas" de la civilización occidental y a presentarle la lengua
inglesa también. Es muy probable que las lecciones recibidas por el Dalai Lama
estuvieran teñidas por el espíritu de la época (Zeitgeist) contemporánea
que se había extendido por la Alemania de Hitler, y no por las actitudes
británicas del enviado Hugh Richardson, también presente en Lhasa. Eso condujo
de hecho a algunos problemas en la corte del joven rey-dios, y los ingleses no
estaban felices por su contacto con Harrer. Sin embargo no hay fundamentos para
describir las lecciones que el antiguo miembro SS, como fascista, dio a su alumno "divino",
particularmente ya que ellas fueron principalmente dadas después del final de la Segunda Guerra Mundial. En 1952 el
"profesor" alemán del Dalai Lama retornó a Europa.
La adaptación a película del éxito de
ventas autobiográfico de Harrer, Siete Años en el Tíbet, provocó una
protesta internacional. Ya que el famoso viajero por el Tíbet no le había dicho
nada al director Jean-Jacques Annaud sobre su pasado nacionalsocialista, y éste
sólo se hizo de conocimiento público después de que la película había sido terminada, Annaud se sintió
presionado para introducir "correcciones". Ahora se mostraba a un
austríaco arrepentido, que comienza su carrera de montañismo como un partidario
de un régimen acusado de genocidio y luego, bajo la influencia del joven Kundun [título del Dalai Lama que
significa "Presencia"] y el budismo tibetano, se reforma para
convertirse en un "defensor de los derechos humanos". En la película,
él dice de los brutales chinos: "Terrible. No me atrevo a pensar en
cómo yo yo mismo fui una vez tan intolerante" (Stern 41/97, p. 24).
Reinhold Messner, el famoso montañista,
encontró que tal admisión de culpa en la fábrica de sueños de Hollywood era
difícil de entender. Él habló sin ningún temor, confirmando que conocía desde
hacía mucho tiempo las opiniones políticas de Harrer. Ese hombre, dijo él, aún
hasta el día presente todavía no había aprendido nada, y todavía creía en los
ideales alpinistas nacionalsocialistas. En contraste, el hermano del Dalai
Lama, Gyalo Thondup, defendió al antiguo miembro SS con el argumento insípido de que lo que los chinos habían hecho
a los tibetanos era peor y más cruel que lo que los nacionalsocialistas habían
hecho a los judíos. Es un hecho que Harrer —según su propio relato— primero se
volvió contra los invasores chinos a fines de los años '50, después de que él
ya había dejado el Tíbet. No existe el rastro más leve de una catarsis profunda
como está descrita en la película de Annaud a ser encontrado en los libros del
alemán. Eso fue puramente una invención del director para evitar perder
prestigio ante un auditorio mundial.
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Heinrich Harrer con el Dalai Lama |
El periodista Gerhard Lehner también persiguió una segunda pista: el 13 de Septiembre de 1994 ocho veteranos que habían visitado y reporteado desde el Tíbet antes de 1950 se reunieron con el Dalai Lama en Londres. En una foto tomada para registrar la ocasión, una segunda importante figura SS puede ser vista al lado de Heinrich Harrer y directamente detrás del Kundun: el doctor Bruno Beger. Beger era el "experto" real que impulsó hacia adelante la investigación de estudios raciales mediante el proyecto Ahnenerbe de Himmler (Kater, 1997, p. 208). Él también, como el explorador tibetano Ernst Schäfer, era un miembro del equipo personal de Himmler. En 1939 él fue al Himalaya como miembro de la Expedición SS. Allí él midió los cráneos de más de 400 tibetanos a fin de investigar una posible relación entre las "razas" tibetana y aria. En 1943 Beger fue enviado a Auschwitz donde tomó las medidas de 150 prisioneros, principalmente judíos. Éstos murieron más tarde y añadidos a una colección de esqueletos. En 1971 Beger apareció en un tribunal alemán y fue condenado a tres años de encarcelamiento con libertad condicional por sus crímenes nacionalsocialistas.
Para el Dalai Lama, Beger fue de gran ayuda porque compuso una
declaración diciendo que el Tíbet no era parte de China. El racialista,
que era el último sobreviviente de la "Expedición SS de Schäfer” (que
murió en 1998), se reunió con Su Santidad el 14º Dalai Lama al menos cinco
veces (en 1983, 1984, 1985, 1986 y 1994). Las reuniones eran todos asuntos muy
cordiales. El ex-miembro SS dedicó un
pequeño folleto titulado "Mis Encuentros con el Océano de
Conocimiento" a los primeros tres (Beger, 1986).
El Dalai Lama (adorado por sus seguidores como el "Océano de Sabiduría" debido a su
"omnisciencia") afirma no haber sido informado acerca del pasado de
sus amigos nacionalsocialistas. Uno bien puede creer esto, aunque él no se ha
distanciado de ellos tras la exposición de éstos. Sus declaraciones sobre Adolf
Hitler y sobre la "solución final a la cuestión judía" también
parecen extrañas. Tal como su hermano, Gyalo Thondup, él ve a Hitler como una
figura más noble que los ocupantes chinos del Tíbet: "En 1959, en Lhasa, los chinos dispararon a familias chinas desde
aviones con ametralladoras. ¡Destrucción sistemática en nombre de la liberación
contra la tiranía del Dalai Lama!. ¡Ja, ja, ja! En el caso de Hitler, él fue
más honesto. ¡En el caso de los chinos, ellos nos llamaron sus hermanos!. ¡El
hermano grande intimidando a un hermano menor!. ¡Hu, Hu, Hu! Es menos honesto,
me parece" (Daily Telegraph, 15 de Agosto de 1998).
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Bruno Beger en el Tíbet |
La Conexión Nacionalsocialista-Tíbet
¿Había intenciones ocultas detrás de la "Expedición SS de Schäfer"? En la literatura
neo-fascista aquélla era considerada una misión altamente secreta de
Himmler para hacer contacto con los "adeptos de Shambhala y Agarthi".
Escritores de dicha escena como Wilhelm Landig, Miguel Serrano, Russell
McCloud, etc., dejan que sus lectores crean que mediante esas expediciones fue
construída una especie de eje metapolítico entre Berlín y Lhasa. Dietrich
Bronder sabe que "a los hombres SS de Schäfer se les permitió entrar en la sagrada Lhasa, por otra
parte cerrada a europeos y cristianos, incluso al magnífico templo lamaísta que
contiene sólo un enorme símbolo, el más sagrado en el mundo mongol: la
esvástica" (Bronder, Bevor
Hitler kam, 1975, p. 250).
Aunque en años recientes han sido
publicadas conclusiones de investigaciones completas acerca de los intereses de
importantes nacionalsocialistas en fenómenos ocultos, eso es actualmente
minimizado por intelectuales pro-lamaístas, especialmente en lo que se refiere
a una oculta conexión nacionalsocialista-Tíbet [1]. Ernst Schäfer y Bruno
Beger, los dos líderes de dicha empresa (la expedición SS de Schäfer), son descritos como unos sobrios científicos
naturales. Las ambiciones esotéricas de Heinrich Himmler en el Tíbet era
mínimas, y en realidad "probablemente
no existían" (Martin Brauen, Traumwelt
Tibet, 2000). Hitler mismo aparece como un decidido anti-ocultista. "Sin
embargo, la sugerencia de que Hitler estaba interesado en el esoterismo de
Oriente o incluso del Tíbet puede ser descartada" (Brauen, Traumwelt Tibet, p. 65).
[1]
Véase de Martin
Brauen, Traumwelt Tíbet. Westlicher
Trugbilder [Tíbet Ideal. Ilusiones Occidentales], Berna, 2000.
Apelando al historiador Goodrick-Clarke, los autores pro-lamaistas
también consideran las corrientes ocultistas dentro del temprano movimiento
nacionalsocialista (la célebre Sociedad Thule, por ejemplo) como
insignificantes y totalmente carentes de evidencia con respecto a un interés
particular por el Tíbet. Se dice que Rudolf Freiherr von Sebottendorf
(1875-1945), el fundador de la Sociedad Thule, habló explícitamente claro
contra la sugerencia de que la luz proviniera de las tierras altas de Asia.
No vemos como nuestra tarea primaria aquí demostrar históricamente el
entrelazamiento de relevantes miembros SS
(Hitler, Himmler, Harrer, etc.) en una conexión ocultista Nacionalsocialismo-Tíbet.
Las cosas no eran tan claramente racionalistas y científicamente correctas como
los intelectuales pro-lamaístas creyeron que eran entre la SS. Cuando, por ejemplo, en la presentación de un regalo al regente
tibetano en Lhasa Ernst Schäfer declama: "Ya que la esvástica es
también el símbolo supremo y el más sagrado para nosotros los alemanes, el lema
de nuestra visita es: Un encuentro de las esvásticas occidental y del Este en
amistad y paz..." (citado por Brauen, p. 79), está presente entonces
una nota ocultista, de acuerdo con el espíritu de la época (Zeitgeist).
Hay ciertamente también otros autores, no-fascistas, que crean
una correspondencia oculta entre nacionalsocialismo y budismo tibetano por
medio de una interpretación esotérica de la "Hakenkreuz" (la
esvástica), un símbolo budista por excelencia: "La cruz ganchuda que gira hacia la derecha [significa] una fórmula
de rezo en el Tíbet", escribe Friedrich W. Doucet, "En su forma girando hacia la izquierda
—como la esvástica nacionalsocialista— ella designa a los ortodoxos Sombreros
Amarillos... Son los Sombreros Amarillos los que supervisan las reglas espirituales
en el Estado eclesiástico tibetano, y también ejercen el poder mundano" (Doucet,
Im Banne des Mythos [En la Esclavitud del Mito], 1979, p. 81) [2].
[2] Claramente bajo la impresión de que
la esvástica se convertiría en el emblema del nacionalsocialismo, fue
introducida una categoría moral en la cual se distinguía entre las cruces
curvadas que giran hacia la derecha y las que giran a la izquierda. Se supone
que la izquierda produce el mal, y la derecha el bien (Doucet, p. 74). Sin duda
esto está basado en desinformación. En el sistema ritual tibetano ambas formas
de la esvástica son comunes.
Es también cierto que el consejero
espiritual de Himmler, Karl Maria Wiligut (el "Rasputin de Himmler"),
vio la "Expedición SS de
Schäfer" como una tarea extremadamente ocultista, y bajo la dirección de
Himmler intentó ejercer una apropiada influencia sobre los participantes de la
expedición. El porta-estandarte SS
Wiligut/Weisthor, que pertenecía al equipo personal de Himmler, estaba
acreditado de tener capacidades mediúmicas, y él mismo estaba convencido de que
estaba en contacto con poderes transpersonales. Wiligut/Weisthor era
considerado como el experto de la Schutz Staffel (SS) sobre las runas, y diseñó el legendario anillo del cráneo de la
SS. Su megalomaníaca sobrestimación
de sí mismo (hay declaraciones autentificadas suyas en el sentido de que él
creía que era el "Rey secreto de
Alemania"), y el hecho de que él fue privado por su familia del
derecho de decisión, condujo a que Himmler removiera a Wiligut de la SS en 1939 (Hans Jürgen Lange, Karl Maria
Wiligut. Himmlers Rasputin und seine Erben,
1998, p. 271).
El autor alemán Rüdiger Sünner cita el informe de un miembro de la
"Expedición SS de Schäfer"
acerca de una reunión con Wiligut [3]. Durante el encuentro (en 1937 ó 1938),
éste estaba en un estado parecido a un trance y se dirigió a sus invitados con
una voz gutural:
"Llamé por teléfono a mis
amigos esta tarde... en Abisinia y Estados Unidos, en Japón y el Tíbet... con
todos quienes vienen de otro mundo a fin de construír un nuevo Imperio. El
espíritu occidental está completamente corrompido, tenemos una gran tarea ante
nosotros. Una nueva Era vendrá, ya que la creación está sujeta a sólo una
gran ley. Una de las claves se encuentra en el Dalai Lama y en los monasterios
tibetanos".
El visitante no estaba afligido en lo más mínimo, y continúa reportando:
"Luego surgieron los nombres de los monasterios y sus abades, de
localidades en el Tíbet oriental que sólo yo conocía... ¿sacó él dichos nombres
de mi cerebro?. ¿Telepatía?. Hasta este día no lo sé; sólo sé que me fui del
lugar a toda prisa" (Rüdiger Sünner, Schwarze Sonne, 1999, p. 50).
[3]
Sünner no nombra al autor, pero sólo puede haber sido Ernst Schäfer. Esto es
evidente a partir de la siguiente cita de Hans Jürgen Lange: "Según sus memorias inéditas que están
todavía en Berlín en posesión de su viuda, se dice que Ernst Schäfer presenció
cómo Wiligut cayó en un trance con los ojos en blanco en la
Caspar-Theiyß-Strasse, un trance que Schäfer comparó con el estado extático de
los mensajeros de a pie en las tierras altas tibetanas, que él ya había visto
en sus anteriores viajes de investigación (en 1930-1932 y 1934-1936)"
(Lange, p. 68).
En los años '80 el chileno Miguel Serrano se hizo cargo nuevamente de la
especulación de que el Dalai Lama desempeña un papel fundamental en la conexión
Nacionalsocialismo-Tíbet. Su "destino",
señala Serrano acerca del 14º Dalai Lama, está "estrechamente ligado al de la Alemania hitleriana, por lazos aún
no descubiertos. El Tíbet cae a pocos años de distancia de Alemania"
(Serrano, El Cordón Dorado, p. 224).
Wiligut también creía que Lhasa formaba un cuadrilátero geomántico con
Urga (Ulan Bator), las pirámides egipcias, y Viena. Miguel Serrano iba
posteriormente a exponer ideas similares (en los años '70).
Himmler también estaba interesado en ideas
geománticas, y no puede descartarse "que
él esperaba datos más exactos acerca de esto de la expedición de Schäfer"
(Brauen, p. 78). Otto Rahn, igualmente un miembro de la SS, quien en los años '30 intentó que el mito del Santo Grial y el
movimiento cátaro fueran fructíferos para la visión nacionalsocialista y la SS como una especie de "monjes guerreros", supuso que
los cátaros habían estado bajo la influencia del budismo tibetano.
"Uno de los símbolos cátaros del espíritu, que es Dios, que fue tomado del budismo, era la mani, una piedra brillante que iluminaba al mundo y que permitía que todos
los deseos terrenales fueran olvidados. La mani es el emblema de la
ley budista que disipa la noche de las falsas ideas. En Nepal y Tíbet es
considerada el símbolo del amor al prójimo, la Dyanibodhisattva Avalokiteshvara
o Padmapani" (Rahn, Cruzada
contra el Grial, 1934, p. 185).
El mito del "Sol Negro", que fue
capaz de ganar un lugar central en el movimiento neo-fascista y que muestra
semejanzas con el mito tibetano de Rahu
del Kalachakra Tantra, puede ser remontado a la inspiración de Wiligut y
su entorno, entre otros. En un comentario sobre los escritos rúnicos de
Wiligut, un alumno, Emil Rüdiger, menciona un oscuro planeta invisible, de
nombre Santur, que se supone que
influye en la Historia humana y que es capaz de estar microcósmicamente
vinculado con el cuerpo energético de un adepto. Apropiados ejercicios yóguicos
(gimnasia rúnica) son recomendados para producir "efectos de alta inteligencia" (Lange, p. 226). Cuán
perfectamente tal "gimnasia rúnica" puede ser vinculada a ejercicios
tántricos, puede verse en los escritos de Miguel Serrano, el padre del
"hitlerismo esotérico".
Por tanto, no es en absoluto el caso de que no existe ningún fundamento
histórico para suponer un nexo oculto entre el Nacionalsocialismo y el Tíbet,
aunque sea públicamente negado por uno de los protagonistas de la
"Expedición SS de Schäfer",
Bruno Beger (Lange, p. 68). Sin embargo, una interconexión oculta entre la SS y el Tíbet lamaísta de las
dimensiones que son actualmente descritas en un gran número de publicaciones neo-fascistas
y esotéricas, tiene que ser considerada como una construcción post facto.
Esa construcción, sin embargo, podría echar mano, repetimos, a un ambiente
esotérico en el cual se movieron Heinrich Himmler, jefe de la SS, y otros nacionalsocialistas de alto
rango.
De esta manera, el conocido material históricamente demostrado ha sido
en alguna medida suficiente para crear mitos nuevos y muy eficaces. En la
conexión Nacionalsocialismo-Tíbet, por lo tanto, tratamos con un proceso de
creación de mitos y no con un conjunto histórico de acontecimientos. En tales
procesos hay una mezcla de hechos históricos, materia de sagas tradicionales,
un afán por lograr un efecto, y elementos imaginarios, visionarios, religiosos,
fantásticos y personales, hasta que todo se une en un patrón resistente y se
ancla como tal en una cultura. Es bastante habitual que diferentes mitologemas se fundan, y esto es
exactamente, como mostraremos, lo que ha sucedido en el caso de la conexión
Nacionalsocialismo-Tíbet. Aquí, los mitos racistas nacionalsocialistas han sido
fundidos con elementos del mito tibetano de Shambhala y con prácticas mágicas
sexuales del budismo tántrico.
En este proceso de construcción de mitos
tampoco debería ser subestimado que las reuniones conocidas que tuvieron lugar
entre el Dalai Lama y antiguos miembros SS
(Schäfer, Harrer, Beger) tienen un significado oculto, sólo en virtud del hecho
de que cualquiera que mentalmente organiza una red esotérica interpreta una
reunión con el Dalai Lama como un acontecimiento ocultista.
Mientras tanto, ha aparecido una enorme cantidad de literatura sobre una
sospechada conexión entre los nacionalsocialistas y el Tíbet, algunos ejemplos
de la cual mencionamos brevemente aquí:
• En 1958 un editor estadounidense
publicó el libro El Relámpago y el Sol, de Savitri Devi ("la
Sacerdotisa de Hitler"), que presenta a Adolf Hitler como un avatara
(una encarnación) del dios Sol, junto a Akenatón y Gengis Jan. Devi no menciona
una conexión Nacionalsocialismo-Tíbet, pero introduce el "principio del Avatara"
en la construcción del mito que rodea a Hitler, que es aprovechado por autores
posteriores para presentar al Führer como una encarnación del reino de
Agarthi/Shambhala (véase Miguel Serrano en este aspecto).
• En su éxito de librerías El
Retorno de los Brujos (1962),
Jacques Bergier y Louis Pauwells primero afirman que el mito de
Shambhala/Agarthi influyó fuertemente en los fundadores del movimiento
nacionalsocialista.
• Robert Charroux (en Verratene
Geheimnisse [Secretos Traicionados]) supone que los sacerdotes lamas habían ganado influencia sobre
Hitler y habían trabajado en "un
plan para ejercer control sobre el mundo que era completamente igual al de los
alemanes" (Charroux, Verratene Geheimnisse,
Atomsintflut und Raketenarche, 1970, p. 258).
• El investigador anti-fascista
de mitos Friedrich Doucet (Im Banne des Mythos [En la Esclavitud
del Mito], 1979) habla de las "técnicas
psicológicas de los monjes y abades de los monasterios lamas del Tíbet",
por medio de las cuales fueron manipuladas importantes figuras nacionalsocialistas.
• Igualmente,
el escritor antroposóficamente orientado Trevor Ravenscroft (La Lanza del Destino, 1974), presupone
que Hitler cooperó con "líderes tibetanos" en Berlín.
• En los años '80 aparecieron dos
libros del chileno Miguel Serrano (El Cordón Dorado y Adolf Hitler,
el Último Avatara). Ambos textos forman la base del "Hitlerismo
Esotérico". Uno de los temas centrales de Serrano es la relación entre la
magia sexual y el poder político (sobre todo el nacionalsocialismo). El 14º
Dalai Lama, con quien Serrano se ha reunido varias veces, es involucrado por el
autor en la creación de mitos neo-fascistas alrededor de Hitler.
• Según Jan van Helsing (Geheimgesellschaften
und ihre Macht [Las Sociedades
Secretas y su Poder], 1993), los monjes tibetanos trabajaron junto con los Caballeros
templarios que fueron organizados en la logia superior del "Sol Negro"
para el establecimiento del Tercer Reich. La orden secreta tenía (y
todavía tiene) una importante base subterránea en el Himalaya. Se dice que el
gobernante del reino subterráneo es "Rigden Iyepo", el Rey del Mundo,
con su representante en la superficie, el Dalai Lama.
• En Die schwarze Sonne von
Tashi Lhunpo [El Sol Negro de Tashi Lhunpo] (1996), McCloud habla de
la supervivencia del grupo nacionalsocialista Thule en el Tíbet. Ellos
son los seguidores de un "oráculo del Sol" allí.
• Para Wilhelm Landig (Götzen
gegen Thule [Ídolos contra Thule]), el Tíbet es también "el reino del Sol Negro. Es el punto de
encuentro de los círculos esotéricos de la Schutzstaffel (la SS), lo cual el señor Himmler también
sabía, pero no compartió dicho conocimiento".
• En su novela El
Sol Negro (1997) Peter Moon reitera la influencia decisiva de los lamas tibetanos sobre el
Nacionalsocialismo y amplía el tema con nuevas imágenes. Él se pone de parte de
la antigua religión tibetana Bon, y
acusa al Dalai Lama y al budismo tibetano de opresión religiosa.
A la luz de esta considerable y de ninguna manera completa lista de
literatura, Martin Brauen, un pro-lamaísta experto en el Tíbet, pregunta: "¿Por
qué el Tíbet provoca tanto interés en los neo-fascistas?. ¿Qué hace al Tíbet tan atractivo para ellos?; ¿qué es
tan fascinante en el mito de Shambhala que pone bajo su influencia tanto a
aquellos que lo cultivan como a aquellos que lo combaten?"
(Brauen, p. 93). Él no puede contestar esta pregunta. Pero a fin de ser capaz
de invertir en su exacto opuesto el hecho de que el nacionalsocialismo tenía
una relación oculta con el budismo tibetano, él pone a la vista una facción
anti-lamaísta dentro de la Derecha alemana. Fueron precisamente los
nacionalsocialistas, dice Brauen, los que denunciaron a los lamas y a los tibetanos como "Untermenschen"
(infrahombres).
• Entre la literatura anti-Dalai Lama
y anti-Tíbet están las obras de S. Ipares (Geheime Weltmächte [Potencias
Mundiales Secretas], 1937), quien estuvo bajo la influencia del orientalista
Albert Grünwedel. En su libro, el autor habla de las órdenes jerárquicas
ocultas de la teocracia lamaísta, que influyen y dirigen a Oriente de manera
invisible.
• Los argumentos de J. Strunk (Zu
Juda und Rom - Tíbet [Hacia
Judá y Roma - Tíbet], 1937) son de mucho mayor alcance; él trata de
destapar una conspiración de una élite eclesiástica internacional (con miembros
de todas las religiones del mundo), con el Buda viviente, el Dalai Lama de
Lhasa, como su cabeza visible. «Las
organizaciones y nuevas corrientes espirituales que existen y que actúan
paralelas y en todas direcciones, casi siempre terminan en el "techo del
mundo", en un templo lama, una vez que uno ha progresado a través de
logias judías y cristianas» (Strunk, 1937, p. 28).
• En ese mismo año (1937) Fritz
Wilhelmy publicó la obra Asekha. Der Kreuzzug der Bettelmönche [Asekha:
La Cruzada de los Monjes Mendicantes]. En ella "El budismo
tibetano... [es] abiertamente designado para jugar un papel más que misterioso
en el gran tráfago global de los manejadores supra-estatales de los hilos"
(Wilhelmy 1937, p. 17).
• El general Ludendorff y su esposa
igualmente entraron con gran vigor al campo contra los "sacerdotes
asiáticos", y advirtieron que los lamas
tibetanos se habían emplazado a la cabeza de órdenes secretas judías y jesuítas
(Europa den Asiatenpriestern? [¿Europa de los Sacerdotes Asiáticos?],
1941).
• Claramente la
más prominente de las facciones nacionalsocialistas anti-lamaístas fue la del
racialista Alfred Rosenberg, quien con su obra germinal Der Mythos des 20.
Jahrhundert [El Mito del Siglo XX] hizo de la batalla entre los
sacerdotes y la casta guerrera el conflicto primordial de la Historia del
mundo. Los lamas tibetanos aparecen
aquí como los representantes de un decadente catolicismo asiático.
El problema con la construcción de un anti-lamaísmo fascista está en el
hecho de que, aparte de Alfred Rosenberg, los citados autores derechistas definitivamente no
ocuparon posiciones de poder como la de Himmler, la SS y el proyecto Ahnenerbe. El "mitólogo de
Hitler" (Rosenberg) apenas fue considerado por Himmler y fue apenas tomado
en serio por Hitler. Los Ludendorff cayeron de la gracia del Führer. En
contraste, la SS con sus ritos y su
estilo marcial se convirtió cada vez más en el epitome del mito
nacionalsocialista. Fue la SS la que
exploró el Tíbet y fue un antiguo soldado SS
(Heinrich Harrer) quien enseñó al Dalai Lama.
Además de esto, los mencionados opositores
nacionalsocialistas al lamaísmo, a quienes Martin Brauen presenta tan expresivamente
para demostrar que el fascismo era hostil hacia el budismo tibetano, estaban
tan fanáticamente fascinados por la atávica mitología del Tíbet como los
fascistas pro-lamaístas que hemos mencionado. Ellos no atacan el sistema
lamaísta a partir de una actitud democrática o una consideración racional, sino
a partir de lo opuesto, de que ellos temían el mundo oculto de los lamas, a saber, el control por medio de
la magia, la conquista del planeta por déspotas budistas, la manipulación de la
conciencia mediante rituales, etc., conceptos todos que en efecto pueden ser
encontrados en los textos tántricos. Así, los opositores derechistas del
lamaísmo, tal como los defensores derechistas del lamaísmo, ven en el Tíbet y
su religión un centro ocultista de control.
Puesto que los intelectuales pro-lamaístas ya no pueden negar que los
autores fascistas buscaron crecientemente ponerse en contacto con las imágenes
culturales lamaístas después de la guerra, ellos nos aseguran enfáticamente que
aquello era un asunto de "ilusiones" occidentales, o al menos
híbridos occidentales del lamaísmo que no eran en ningún sentido razonables.
Con esto ellos parecen pensar que el problema está solucionado (con respecto a
esto, véase Brauen, op. cit.). Pero
ellos nos dejan esperando un examen de contenidos que revele a qué profundidad
y hasta qué grado las ideas y las prácticas del lamaísmo han sido directamente
incorporadas en el lado fascista. Y un debate sobre las imágenes, arquetipos,
visiones metapolíticas, estructuras políticas y rituales de la esfera cultural
tibetana a los cuales los neo-nazis hacen referencia es de mucho mayor
interés que la cuestión de si hubo contacto personal entre lamas y nacionalsocialistas. Aquí comienza el trabajo actual de la
crítica cultural, el cual implica
—1. el descubrimiento de mitos
lamaístas del origen que están detrás de las "fantasías nacionalsocialistas",
—2. la investigación de esos mitos
lamaístas del origen, y
—3. el examen de las similitudes
estructurales entre neo-fascismo y lamaísmo.
Sólo entonces, cuando tales "mitos del origen” no han de ser
encontrados, puede decirse que la conexión nacionalsocialismo-Tíbet ha sido
expuesta como una ficción puramente occidental.
La siguiente lista de paradigmas, conceptos, teorías, métodos y mitos
que esencialmente han formado la cultura del lamaísmo (y todavía lo hacen) se
ha hecho central para el movimiento neo-fascista:
• Una estructura estatal
estrictamente jerárquica que descansa sobre un "principio del Führer" espiritualmente basado.
• La completa orientación
patriarcal del Estado y la sociedad.
• Un modelo de subordinación
completa de alumno a maestro.
• La aparición de seres divinos en
la Tierra para realizar misiones políticas (avataras, encarnaciones y el
principio del Bodhisattva).
• Una teoría política micro y
macrocósmica según la cual un gobernante budista representa una semejanza del
universo entero.
• La idea de un gobernante mundial
(Chakravartin) y una conquista violenta del mundo.
• El motivo de una redención espiritual y política.
• La idea de un centro sobrehumano
de poder en Asia, desde donde se ejerce una influencia en la política mundial
(el mito de Shambhala).
• La legitimación de la política
contemporánea por medio de raíces míticas.
• La derivación del control
político de los mitos del Sol y la luz.
• El mito del "Sol Negro"
(mito de Rahu en el Kalachakra
Tantra).
• Especulaciones alquímicas (como
en el Kalachakra Tantra).
• Un interés en asociaciones
masculinas secretas (miembros de órdenes).
• La existencia de una comunidad
sobrenatural de "guerreros sacerdotales" (guerreros de Shambhala)
quienes observan e influyen en la Historia del mundo
• Una ética guerrera
"budista" basada sobre el control espiritual del cuerpo y las
emociones.
• Una apocalíptica batalla final,
en la cual el bien y el mal permanecen opuestos y todos los incrédulos son
aniquilados (guerra de Shambhala).
• Una fascinación con la maquinaria
de guerra (mito de Shambhala).
• Discos voladores (OVNIs). Los
objetos correspondientes (ruedas voladoras) serán puestos en uso en la guerra
final de Shambhala.
• Una visión mágica del mundo y el
concepto asociado de que la manipulación de símbolos puede afectar la Historia.
• Técnicas para manipular la
conciencia.
• Un gran interés en fenómenos
paranormales y su combinación con la política (visiones, oráculos, profecías)
• Una comprensión mágico-política
del sistema de rituales al servicio del Estado.
• Prácticas sexuales mágicas para
transformar el amor erótico y la sexualidad en poder mundano y espiritual (Kalachakra
Tantra).
• La funcionalización del principio
femenino para el propósito del poder político-religioso.
Todos estos pilares de la cultura budista
tibetana son igualmente ingredientes del Kalachakra Tantra
constantemente practicado por el Dalai Lama, y del mito de Shambhala que esto
evoca. Durante siglos ellos han determinado la forma de la sociedad monástica
tibetana, completamente independiente de cualquier imaginación o influencia
occidentales. De aquí que la pregunta sobre el interés excesivo del neo-fascismo en el Tíbet y su cultura
atávica sea fácilmente contestada: los fascistas
de las más variadas tendencias ven su propia "teología política"
confirmada por el sistema religioso budista tibetano, o descubren nuevas
imágenes y prácticas en ella con las cuales ellos pueden enriquecer y ampliar
sus ideologías.
Algunos (no todos) de los elementos culturales tibetanos mencionados a
los cuales la nueva Derecha ha ayudado, también debían ser encontrados en la
Europa de antaño, pero aquéllos estaban despotenciados o relativizados por la
Ilustración y la "modernidad", sólo para ser reactivados en la
historia del fascismo y del nacionalsocialismo. En el Tíbet tradicional (hasta
1958), en la comunidad de tibetanos en el exilio, pero sobre todo en la figura
del Dalai Lama y su clero, en los textos sagrados y los rituales (los tantras),
esas imágenes y arquetipos fueron capaces de sobrevivir sin pausa. Por medio de
la presencia activa de los lamas en
Occidente ellos son ahora visibles y tangibles una vez más, y desempeñan un
papel cada vez mayor en la cultura popular occidental. Pero no es sólo en
cómics y películas kitsch que el Dalai Lama es retratado como un
rey-dios, sino también tanto en la prensa respetable como en la prensa popular
occidental, una etiqueta que adquiere un significado fundamental en la teología
política del fascismo y que es
combinada allí con el principio del Führer [4].
[4] El
contacto del fascismo histórico con el budismo Zen japonés es el tema del libro
de Brian Victoria, Zen at War. La crítica histórica de Victoria revela
que no fue sólo el Shintoísmo el que se caracterizó por una cosmovisión
militarista basada en un concepto fuerte y omnipresente del enemigo, sino
también el budismo japonés en la primera mitad del siglo pasado. Con muy pocas
excepciones (que Victoria destaca), los budistas japoneses se declararon leales
al sistema fascistoide de su Estado. Incluso una autoridad tan indiscutible en
Occidente como D. T. Suzuki puede ser contada entre ellos. Difícilmente hubo alguna
"personalidad" budista (las escuelas Soto, Rinzai, Shin y Nichirin) que no pusiera estusiastamente sus concepciones
religiosas en línea con el sistema dominante. "Guerrero Zen", "La Unidad del Zen y la Espada",
"Budismo del Camino Imperial", "Zen Imperial",
"Soldado Zen", "Samurai Zen"... éstos eran los slogans
de aquel tiempo. Después de la guerra, la postura marcial de las escuelas
budistas fue revisada sólo con vacilación. También sobrevivió en parte y
encuentra su lugar en la ideología del "Zen Corporativo" japonés.
Julius Évola: Un Fascista Tántrico
No fueron sólo los ideólogos y los teóricos del nacionalsocialismo los
que estuvieron estrechamente preocupados por el Tíbet, sino también
intelectuales y académicos de alto rango estrechamente vinculados al fascismo italiano.
En primer lugar, debe ser mencionado Giuseppe Tucci, quien intentó combinar
ideas orientales y fascistas.
Un ejemplo adicional es la obra del italiano Julius Évola (1898-1974), que
fue durante un tiempo el principal ideólogo de Benito Mussolini (principalmente
en los años '40). En numerosos libros y artículos él ha investigado y
posteriormente desarrollado la relación existente entre los rituales tántricos
y la política del poder. Él ha seguido los "rastros tántricos" en la
historia cultural europea y se ha encontrado con ellos en todas partes: entre
los cátaros, los trovadores, los Caballeros templarios, en la obra de Dante
Alighieri, en el misticismo que rodea al Santo Grial, en la caballería europea,
en la alquimia, etc. Usando criterios sacados del Vajrayana, él propone
una historia cultural de la sexualidad en su libro más famoso, Eros y los
Misterios del Amor: La Metafísica del Sexo. Évola no era sólo un teórico,
sino que él mismo también practicó ritos mágicos sexuales. Hay declaraciones
suyas inequívocas sobre el "sacrificio
femenino tántrico" y la transformación de la sexualidad en poder
político.
Como casi ningún otro, el italiano ha señalado abiertamente los
acontecimientos que se despliegan en los misterios de los yoguis, y luego
admitió ante ellos: «La mujer joven»,
escribe él, «que es primero
"demonizada" y luego violada... es esencialmente... el motivo básico
para las formas superiores de la magia sexual tántrica y Vajrayánica»
(Évola, Metafísica del Sexo, p. 389).
En dictadores como Adolf Hitler y Benito Mussolini él vio a los precursores de
los futuros Maha Siddhas que conquistarían un día el mundo con sus
poderes mágicos: "El mago, el
gobernante, el señor", proclama él con respecto al tantrismo, "es el tipo de la cultura del
futuro" (Évola, El Hombre como
Potencia, 1926, p. 304). Él recomienda el tantrismo como "el camino para una élite
occidental" (Évola, Este y Oeste, p. 29).
En el mito de Shambhala él ve una confirmación de la tradición europea
del rey salvador, especialmente el mito del Grial: «En un tiempo particular
decretado por una de las leyes cíclicas, una nueva manifestación del principio
solar desde arriba ocurrirá en la forma de un jefe sagrado que gana la victoria
sobre la "edad oscura": el avatara Kalki. Simbólicamente Kalki
nacerá en Shambhala, uno de los términos en la tradición india/tibetana para el
más sagrado centro hiperbóreo» (Évola 1955, p. 56).
Podríamos llenar muchas páginas ilustrando la influencia del Vajrayana
(tantrismo tibetano) en la obra de Évola, pero nos concentraremos en cambio
en una discusión detallada de las ideas de uno de sus alumnos, Miguel Serrano.
Serrano combina la filosofía fascista de Évola de guerreros de poder con los
pensamientos nacionalsocialistas sobre la raza. Sus trabajos son
particularmente interesantes para nosotros no sólo porque él está todavía vivo
(en 1999 [Serrano fallecería en 2009]), sino también porque él ha estado
vinculado con el 14º Dalai Lama varias veces.
Miguel Serrano: El
"Amigo" del Dalai Lama
y Principal Ideólogo del
"Hitlerismo Esotérico"
"Miguel Serrano",
escribe su entrevistador Isidro Palacios, "fue
el único extranjero occidental que viajó para encontrar al Dalai Lama cuando el
monje-emperador de los budistas tibetanos huyó de la tierra santa del Tíbet al
Sur debido a la invasión china. Nuestro compañero de conversación [Serrano] viajó desde India a los Himalayas donde
tuvo lugar su reunión con el Dalai Lama, y desde entonces ha existido una cercana
amistad entre él y el ahora ganador del Premio Nóbel" (Palacios, 1990,
p. 2). ¿Quién es entonces este
"cercano amigo" del Kundun?.
Miguel Serrano nació en Santiago de Chile en 1917. Entre 1947 y 1948 él
visitó la Antártica por primera vez, hacia la cual más tarde emprendió otros
viajes. Uno de los macizos que él exploró durante una expedición allí lleva su
nombre hoy. Entre 1939 y 1945 él publicó el diario esotérico La Nueva Edad.
Él estuvo activo como diplomático representando a Chile en varios países,
incluyendo India, Yugoslavia, Rumania, Bulgaria y Austria. Él también sirvió
como embajador ante la Comisión Internacional de Energía Atómica en
Viena y en la Organización de Desarrollo Industrial de Naciones Unidas
(UNIDO). En gran parte inadvertido por el público, Serrano ha estado en
amistoso contacto con numerosas y destacadas figuras nacionalsocialistas y
fascistas desde los años '70: Léon Degrelle, Otto Skorzeny, Hans-Ulrich Rudel,
Hanna Reitsch, Julius Évola, Herman Wirth, Savitri Devi y el Waffen SS y
escritor francés Saint-Loup. El
chileno retornó a su país de nacimiento y vive a algunos kilómetros de
distancia de Santiago (desde 1999).
Serrano publicó numerosos libros con un contenido ocultista/poético.
Incluso su obra mejor conocida en Occidente, en la cual él cuenta sus encuentros
con el escritor alemán Hermann Hesse y con el profundo psicólogo Carl G. Jung,
muestra mucha especulación ocultista cuando uno la lee atentamente. Serrano
tituló su libro El Círculo Hermético. De Hermann Hesse a C. G. Jung
(1965) [5]. Ya el solo título debería señalar que el autor había formado una
hermandad esotérica con Jung y Hesse, una especie de triunvirato de magos,
únicos en el siglo XX, que habían sido admitidos en los depósitos arquetípicos
del subconsciente humano.
[5] La
empresa editora alemana Rascher en Zúrich no aceptó el título tal cual,
ya que temía que el libro no atrajera compradores por sonar demasiado
ocultista. Ellos decidieron ponerle Meine Begegnungen mit C. G. Jung und
Hermann Hesse in visionärer Schau [Mis Encuentros con C. G. Jung y
Hermann Hesse desde un Punto de Vista Visionario].
Jung tuvo simpatía hacia el chileno que había ido en busca de él. El
suizo escribió un efusivo prefacio al cuento de Serrano Las Visitas de la
Reina de Saba (1960): "He aquí un libro extraordinario. Es como un
sueño dentro de otros sueños. Altamente poético, diría yo, y lo menos semejante
a los productos espontáneos del inconsciente a que me encuentro acostumbrado"
. Serrano fue también un gran admirador del poeta estadounidense Ezra Pound, el
cual simpatizaba con los fascistas italianos. Junto con la viuda de Pound (Olga
Rudge) y el Príncipe Ivanici, Serrano hizo erigir una piedra conmemorativa de
él en Italia.
Sus estudios ocultistas lo llevaron a todas partes del mundo. Él se veía
a sí mismo como un moderno Percival (Parsifal) y como un Minnesinger,
que fue en busca del Grial bajo la protección de su pasaporte diplomático. "La vida de un embajador es una farsa y
una locura", dijo él en una entrevista en la publicación CEDADE;
"Mi cargo me permite reunirme con
gente de valor como el Dalai Lama, Nehru, Indira Gandhi, Hanna Reitsch (la
famosa piloto de guerra de Hitler) y otros" (CEDADE, 1986). Suiza,
Westfalia, las montañas de Salzburgo, los Pirineos, sus viajes en busca del
Grial, lo condujeron a través de todos esos sitios "geománticamente" significativos, pero del mismo modo al
Himalaya, la Patagonia y la Antártica.
El chileno fue correctamente considerado como la eminencia oculta del
moderno fascismo internacional. Mientras tanto, sus fantasmagóricos escritos
han desarrollado también un fanático grupo de seguidores en la escena neo-nazi
alemana: Es la obsesiva intención del autor chileno convencer a sus lectores de
que Adolf Hitler fue un avatara (una encarnación divina) o un tulku,
y simpre lo será, ya que él vive en otro cuerpo en otra esfera, la del reino de
Shambhala. Según Serrano, el Führer reaparecerá como el gobernante del Día
del Juicio Final y luchará una batalla terrible, y eso en los próximos años.
¿Cómo surgió esta extraña fantasía?.
Poco después de la Segunda Guerra Mundial se supone que un misterioso
"maestro" del más allá se le apareció al chileno y le dijo:
"Hitler es un
iniciado, puede comunicarse en astral. Desconozco quiénes son sus Guías, pero he
decidido ayudarlo. Hitler es un ser de voluntad inquebrantable, definitivo, una
vez que ha recibido orden de actuar. Jamás vuelve atrás. He estado en
comunicación con él" (Serrano, El
Cordón Dorado, p. 18).
Después de esa aparición de su gurú espiritual, Serrano quedó
absolutamente convencido de que a él se le había confiado la misión del siglo:
la diseminación mundial del Hitlerismo
Esoterico. Mientras todavía realizaba sus deberes internacionales como un
embajador chileno él se contuvo, aunque llevara la idea en su corazón desde los
años '50. Durante ese período él publicó libros de un contenido
poético/esotérico con diversos respetables editores occidentales, libros que,
aunque sin excepción incluían temas tántricos (sobre todo el "sacrificio
femenino"), cuidadosamente evitaban mencionar el nombre de Adolf Hitler.
Sólo en 1978 Serrano se atrevió por primera vez a hacer pública una abierta
profesión de creencia en el dictador nacionalsocialista alemán, y publicó El
Cordón Dorado. Hitlerismo Esotérico. A mediados de los años '80 lo siguió
el libro de gran formato de casi 650 páginas Adolf Hitler, el Último Avatâra.
Serrano resume los resultados de su extensa investigación ocultista sobre este
tema con la concisa declaración de que "el Hitlerismo esotérico es
tántrico" (Serrano, El Cordón
Dorado, p. 330).
Shambhala: El Centro del "Hitlerismo Esotérico"
En las siguientes secciones esperamos
mostrar cuánto de su cosmovisión fascista Serrano le debía al Tantrismo. Es de
especial interés en relación a este estudio que él haya reconocido al
"Hitlerismo esotérico" como una doctrina central del reino de
Shambhala:
"En
verdad", dice el autor, "Shambhala
es Kambala, centro del Hitlerismo esotérico. Su entrada estuvo por Shigatse o
por Gyangtse [en el Sur del Tíbet]. Mis
investigaciones me han llevado a creer que por allí se encontraba también
nuestro Centro [el de la orden oculta de Serrano]. Entonces, las relaciones del Hitlerismo no eran directamente con los
tibetanos o con los mongoles, sino indirectamente, mientras éstos le
facilitaban el contacto, el paso y los mensajes físicos con los Hiperbóreos del
mundo sumergido.
Aquéllos eran sus servidores (¿fieles?) guardando los puntos mágicos de
acceso (...) En mis visitas a Berchtesgaden siempre me ha llamado la
atención una vibración telúrica, algo en el aire que conecta instantáneamente
ese punto de los Alpes con los Himalaya y Transhimalaya tibetanos; el alto
refugio de Hitler con Lhasa del Dalai Lama, con Kambala. Por algo, el Hitlerismo esotérico eligió ese punto terrestre, lleno
de conexiones directas, de vibraciones magnéticas y estelares, como centro
sacro de su Nuevo Orden, evitando realizar allí el combate físico final, que
pudiera dañar esos parajes" (Serrano, El Cordón Dorado, p. 24).
En
su libro Nos, Serrano define el reino de Shambhala como "una de
las ciudades subterráneas escondidas en las cuales es realizada la iniciación
tántrica que transforma, transmuta y transfigura la materia. Hay gente que dice
que ésa era la capital de Agarthi" (Serrano, Nos, p. 186). Antes de que Shambhala fuera trasladada a los
Himalayas por los siddhas hiperbóreos (nórdicos), era un reino en el
Polo Norte.
Shambhala y Agarthi son así las dos regiones (o ciudades) ocultas desde
las cuales el dictador nacionalsocialista Adolf Hitler fue enviado a nuestro
planeta. Según Serrano, las dos localidades están en un reino mágico bajo
la superficie de la Tierra.
«Allí
estarían la Agartha y Shambhala sumergidas (Agharta quiere decir
"inaccesible" en sánscrito), de las que hablan tibetanos y mongoles,
como sedes del Rey del Mundo, y el "Reino del Preste Juan", y el Oriente
simbólico de los templarios y de los auténticos rosacruces. Allí habrían ido,
entonces, los dirigentes desconocidos de ambas Órdenes y los de la organización
esotérica hitleriana. Desde allí, Hitler recibiría instrucciones» (Serrano, El Cordón
Dorado, p. 30) [6].
[6] Las
etiquetas de Agarthi y Shambhala también llevan a alguna confusión en una muy
vendida novela en círculos derechistas que se titula The Black Sun of Tashi
Lunpho (de Russel McCloud). Allí también hay una sociedad secreta
nacionalsocialista en estrecho contacto con los lamas tibetanos. Sus miembros son, sin embargo, conocidos como los
seguidores de Agarthi, mientras sus oponentes se congregan alrededor de
Shambhala. En el mundo de las apariencias, los seguidores de Shambhala son
representantes de la gran industria y la masonería occidentales.
Después de la Segunda Guerra Mundial, en círculos ocultistas surgió el
rumor (al que Serrano se aferró con gratitud) de que Hitler había establecido
una hermandad de lamas tibetanos en
Berlín, que estaban en contacto directo con el reino de Shambhala. Después de
que los rusos entraron en la ciudad los miembros de dicha orden se suicidaron
(Ravenscroft, La Lanza del Destino, 1988,
p. 262 y ss.) [7].
[7]
Aquellos involucrados eran muy probablemente un grupo disperso de kalmucos que
se habían puesto del lado de los alemanes en la lucha contra la Unión Soviética
y que habían sido llevados de vuelta a la capital al final de la guerra. Pero
el mito de que importantes figuras nacionalsocialistas habían mantenido una
conexión con sectas lamaístas (el "eje
Berlín–Lhasa") ha sobrevivido hasta este día y es el tema de una
voluminosa literatura ocultista.
Pero Hitler —dice Serrano— no se suicidó; más bien él fue capaz de
regresar a su hogar subterráneo de Shambhala. "Hitler está vivo. No murió en Berlín. Lo he visto bajo tierra [le
dijo a Serrano su Maestro] (...) Este
secreto lo he guardado por muchos años, porque era peligroso revelarlo, y más
difícil escribirlo" (Serrano, El Cordón Dorado, p. 27). El "Führer", sin
embargo, no huyó al Tíbet como se supone en otras especulaciones ocultistas.
Serrano duda de tales presunciones, dado que sobre la base de sus
investigaciones él llegó a la conclusión de que el mítico reino de Shambhala
fue trasladado desde el Himalaya al Polo Sur (Antártica) después de la guerra y
que hoy la entrada al Imperium subterráneo puede ser encontrada allí. Se
dice, por lo tanto, que Hitler viajó a la Antártica.
En el futuro próximo, el "Führer" ascenderá a la tierra
desde la subterránea Shambhala (ahora en el Polo Sur) por segunda vez, de hecho
con un poderoso ejército de OVNIs. (En otro punto Serrano relata que Hitler
conducirá su ejército montado en un caballo blanco, como el Rudra Chakrin,
el iracundo movedor de la rueda desde Shambhala). El "último avatara" (Hitler) sumergirá al
planeta en una terrible guerra apocalíptica entre las fuerzas de la luz (la
raza aria hiperbórea) y los poderes de la oscuridad (la raza judía). Los
judíos, que actualmente gobiernan el mundo, serán exterminados y los
nacionalsocialistas fundarán la Edad Dorada y el "Cuarto Reich".
Serrano tomó sus propias "fantasías" de manera literal. Para
buscar a su líder espiritual (o el tulku Hitler), el diplomático chileno
(en India entonces) se puso en camino y comenzó a explorar en el Himalaya y en
la Antártica. "En
La Serpiente del Paraíso narro mi búsqueda en los Himalaya del ashram de los Siddhas, también subterráneo, dentro del monte
Kailas, en las antípodas, donde residirían los Maestros de mi Maestro"
(Serrano, El Cordón Dorado,
p. 29) [8]. Él estaba convencido de que encontraría una entrada a Shambhala o a
Agarthi en el Kailash. Él también trató de alcanzar el lago Yamdrok, porque
sospechaba que allí también había una puerta de entrada a la subterránea
Shambhala. Pero los chinos lo devolvieron a la frontera.
[8]
Según Serrano, "el Siddha o dios-hombre [es]... el Yo
liberado de la influencia de las estrellas, y las influencias estelares ya no
lo afectan; él es Chakravartin, el rey del mundo" (Serrano, El Cordón Dorado, p. 289).
ÉL/ELLA
Pero el tiempo no estaba maduro. Serrano fue incapaz de descubrir la entrada
a Shambhala. En Kalimpong, "ante
las puertas del Tíbet" él encontró a un "hombre"
que aseguró al chileno que una misteriosa "orden" ejerce una
influencia tanto sobre los asuntos del pasado distante como sobre los
acontecimientos más recientes de la Historia mundial. Obviamente ese hombre era
el gurú que —como él cuenta en su libro clave ELELLA. Libro del Amor Mágico (1972 [en inglés, 1973 en castellano])—
inició a Serrano en los ritos de la magia sexual, y la orden era una sociedad
secreta tántrica. Los Siddhas, dijo
el "hombre", "Vivieron
en dos ciudades en los Himalayas: Agarthi y Shampula. Para entrar en ellas hay
que seguir un camino al revés, hacia el origen del tiempo"
(Serrano, ELELLA, 1ª parte).
El alumno (Serrano) —leemos en ELELLA—
está listo para seguir ese camino y es iniciado en los tantras y las "leyes de la androginia"
por el maestro:
"El
conocimiento nos ha sido transmitido por la Serpiente [kundalini] que sobrevivió
al fondo de las aguas, cuando se destruyó un mundo de dioses-hombres, en cuyo
mundo la mujer no estaba afuera sino dentro, y donde él y ella eran uno (...)
Mientras no reincorpores a la mujer y reabsorbas en ti a los animales, mientras
no entremezcles tus raíces con las del Árbol, instruído por la Serpiente, no serás
un sacerdote-rey", continuó su enseñanza el gurú (Serrano, ELELLA, 1973, 1ª parte) [9].
[9]
Serrano fue iniciado en los tantras
de la Kaula, una orden shivaísta. Sin
embargo, los escenarios de iniciación de sus libros que describimos aquí están
completamente de acuerdo con Vajrayana. Serrano no es muy minucioso en cuanto a
la distinción entre la tradición tántrica hindú y la budista. Para él se trata
de un asunto del principio que está detrás de la iniciación tántrica, y él
encuentra eso en el mismo grado entre los budistas y los hindúes. El tantrismo
es para él un culto mundial esotérico que descubre entre los egipcios, los
Caballeros Templarios, los cátaros, los rosacruces y las sociedades secretas
detrás de Hitler (la sociedad Thule). En cualquier caso, él ve en
Shambhala y Agarthi los dos puntos míticos del origen del cual provienen los tantras.
Aquello —aprende el alumno— nunca es posible por medio de la castidad y
el ascetismo. Más bien, el hombre debe encontrar a la mujer en el "amor
mágico" a fin de desviar las energías femeninas de ella. Como sabemos, eso
requiere el control absoluto del acto sexual y sobre todo la retención de
la semilla:
"Cuando
el semental expulsa la semilla, él se empobrece... El semen es también soma y debería ser conservado. No debería ser
expulsado hacia afuera sino hacia dentro. Exteriormente sólo puede crear a los
hijos de la carne, mientras que hacia adentro hace hijos del espíritu"
(Serrano, ELELLA, 1972, 1ª parte).
"El semen no puede saltar y perderse en la mujer afuera, sino derramarse
dentro de su poseedor para dejarlo incincta del Andrógino, de Rebis, como
se dice en el lenguaje también simbólico de la Alquimia. Éste sería el Amor
Mágico enseñado en la ciudad de Shamballah" (Serrano, El Cordón Dorado,
p. 174).
Si el hombre no expulsa su semen él puede absorber las ginergias de la mujer completamente. "Porque cuando la mujer no recibe",
dice Serrano, "ella
da. Desde su piel la mujer transmite una sustancia que entra en la sangre del
hombre y se convierte en una parte de él" (Serrano, ELELLA, 1972, 1ª parte).
Pero puede suceder que el experimento
tántrico falle. Si el sadhaka (el
alumno) pierde su semilla durante el acto sexual mágico, entonces él es
destruído por la feminidad agresiva:
"Siempre el
rol del varón es secundario. La araña devora al macho que la fecunda, la abeja
mata a los zánganos, la madre primitiva lleva alrededor de su cuello el Lingam primordial. Cada madre, yegua,
diosa y mujer es devoradora, y en una forma u otra, cada macho es castrado y
consumido" (Serrano, ELELLA,
1972, 1ª parte).
De esta manera, se trata de un asunto de vida y muerte. En último
término, según Serrano, el "asesinato" de la mujer externa (la karma
mudra) es por lo tanto necesario, para que pueda ser formada la mujer
interior (la maha mudra). El autor no evita hablar del "sacrificio
femenino tántrico" directamente:
"El mundo fue creado no por el principio masculino sino por el
femenino. El amor debe aprender a seguir este curso. Sólo aquellos dispuestos a
aprender cómo amar a las mujeres en una manera diferente, asesinándolas
exteriormente a fin de permitir un renacimiento interior, encontrarán la
inmortal ciudad de Agarthi" (Serrano, ELELLA, 1972, 1ª parte) [10].
[10]
Serrano a menudo usa las etiquetas Agarthi y Shambhala como si fueran
sinónimos. En la p. 155 su libro El Cordón Dorado él escribe: "Hay
quienes sostienen que Shambhallah es la capital de Agarthi".
Oculto para un lector no informado, pero obvio para uno que conozca la
lógica del Tantrismo, un asesinato femenino tántrico es descrito en dos de sus
escritos iniciáticos, "ELELLA" y "Nos". En una escena de amor de ELELLA una
mujer joven expira en los brazos de Serrano a fin de surgir después de nuevo
dentro de él como un interno maha mudra. Él se inclina sobre ella,
acaricia su pelo y besa sus labios sangrientos:
"Él besó los teñidos labios con sangre de ella y tragó algo de
su sangre, saboreando su amarga dulzura". Entonces él de repente ve
los estigmas: "Extrañamente, sólo en sus pies y en las palmas de sus
manos la había [sangre], como si la mujer hubiera sido crucificada... ¡Aquí!,
dijo [ella]. Le estaba indicando su costado, a la altura del pecho. Una mancha
blanca parecía atravesarla, como la herida de una lanza" (Serrano, ELELLA, 1973, 3ª parte).
Las referencias al sacrificio de Cristo son obvias, y en efecto ellas
parecen completamente evidentes. "Cuando yo muera", dice
entonces la mujer, "tú me llevarás dentro; yo seré tú, viviré en ti...
Has bebido mi sangre, y ya somos dos hermanos. Mi forma ya transita por tu
sangre... Si Dios lo quiere, te
amaré aún más estando muerta..." (Serrano, ELELLA, 1973, 3ª
parte). Con esto ella cumple el sabio dicho del ancestro (en el relato) de Serrano:
"La corrupción de uno [la
mujer] es la purificación del otro [el hombre]. Corruptio unius
generatio est alterium" (Serrano, 1972, 3ª parte). "La Mujer Absoluta", dice él
en otro punto, "puede dormir o morir, que es lo mismo" (Serrano,
El Cordón Dorado, p. 44).
Escrito a manera de fantasía, el libro "Nos. Libro de la
Resurrección" (1980) también
describe un sacrificio femenino tántrico. La heroína de esa "biografía
hermética" es llamada Allouine, y el héroe principal es reconocidamente
Serrano. Además, aparecen diversos maestros "tántricos". Entre ellos
están, de modo inconfundible, C. G. Jung, Hermann Hesse y el poeta estadounidense
Ezra Pound. Los contenidos del libro describen el sacrificio voluntario de
Allouine, su interiorización como un maha mudra por el autor (Serrano),
y el logro por parte de este último de la inmortalidad mediante la absorción de
la ginergia. "La mujer muere. Está muerta. Debe morir para
resucitar. Es la compañera del guerrero [el yogui], existiendo sólo ya en la mente de él, en su
espíritu" (Serrano, Nos,
p. 22), nos instruye Serrano una vez más. "Ella
se interioriza en ti con su muerte, te inspira", le explica uno de sus
maestros, y en otro pasaje continúa: "El
camino secreto de la yoga que tú vienes recorriendo es únicamente para el
guerrero, para el héroe-iniciado. No es el camino de la mujer; porque la mujer
no tiene shakras, no tiene kundalini que despertar (...) La mujer es Kundalini. La mujer no tiene alma. Ella es el alma. La
mujer no tiene eternidad. Ella es la Eternidad" (Serrano, Nos, pp. 117 y 159).
Serrano organiza una sesión tántrica con Allouine, en la cual ellos
consumen los cinco alimentos prohibidos. Entonces él bebe "el licor del orgasmo que no tiene principio ni fin... un Soma
celeste, un espíritu del Vino Secreto... y que ahora sólo se encuentra en el
río de tu sangre" (Serrano, Nos,
1980, p. 126). Sabemos que él está hablando del sukra, la mezcla de la
semilla masculina y femenina, de sangre menstrual y esperma. Esa poción mágica
concede la inmortalidad tántrica. En "Nos" también el autor
anhela la sangre de su amante como un vampiro, y entra en éxtasis si él la
descubre en sus propios labios. Después de que él ha lavado a la agonizante
Allouine, la besa y bebe de su sangre. Sin embargo, Allouine pacientemente y ya sin voluntad acepta su
sacrificio:
"Mi deseo por ti [es decir, por Serrano] alcanza la
tensión más alta. El fuego del sacrificio ya se ha encendido en mi sexo,
latiendo como un corazón... Mi voluntad no existe" (Serrano, Nos, p. 125). "La mujer
auténtica, absoluta, se sacrifica voluntariamente", leemos en Nos, "inmolándose para entregar
su Eternidad al Amado... La amada es ya la Amada Oculta, la que ha muerto y se
enterró en tus huesos y tus venas. La Mujer-Sofía, Gurú del alma, la que navega
por la sangre, la Mujer Filosofal, Sophia,
la Sabiduría, la Paloma, la Gnosis" (Serrano, Nos, pp. 159-160).
Al morir, su "consorte de sabiduría" le dice: "Te
amaré aún más estando muerta. En tus manos entrego mi vida eterna... ¡Guárdate,
amado, para ser mi féretro de madera perfumada, preciosa!" (Serrano, Nos, p. 152).
Después de que él ha interiorizado a Allouine dentro suyo, el tántrico
Serrano puede ahora vencer su propio EGO, y puede hablar ahora de Nos
(nosotros), ya que su amante (maha mudra) morará en él para siempre. Por
medio de ese amor, mortal para la mujer, el hombre gana la vida eterna. En este
contexto, Serrano usa la palabra AMOR, que no significa sólo el amor, sino también A-MOR, es decir, más allá de la muerte
[literalmente, sin-muerte].
Eternamente unido con la ginergia de Allouine después de su
muerte física, Serrano sepulta su cadáver y coloca una piedra en su tumba en la
cual ha esculpido una cruz gamada levógira, el símbolo supremo del
"Hitlerismo esotérico".
Hitler como Tántrico y como Rey del
Mundo (Chakravartin)
A partir de la cosmovisión tántrica de
Serrano es simplemente demasiado fácil suponer que Hitler (como un tulku)
también realizó prácticas sexuales mágicas con una consorte de sabiduría (mudra).
Eva Braun, la amante del dictador, parece haber realizado sólo parcialmente ese
deber. Detrás de ella, dice Serrano, había una más grande:
"Por ello debemos pensar que las relaciones con Eva Braun fueron
como las de Jesús con María Magdalena, en la leyenda crística, como la del
alquimista con su soror mística (...) La presencia de la mujer, de su energía
telepática, comunicante, las tensiones que despierta, son necesarias para un
mago tántrico, para un vehículo de esta clase. Mas, de seguro, la Esposa Mística
de Hitler no fue Eva Braun, sino otra" (Serrano, El Cordón Dorado, p. 12).
Él se refiere a ella como la
"Valquiria" o como Lilith también. Con el nombre Lilith él establece
una conexión con Adán. Tal como Hitler, el bíblico primer padre de la Humanidad
(Adán) también poseyó dos mujeres, una Eva externa y una Lilith interior.
¿Cometió quizás Hitler un decisivo error tántrico —se pregunta el autor— al
casarse con Eva Braun (poco antes de su suicidio)? "Aceptando a Eva [Braun], la furtiva, la de carne y huesos
corruptibles y que toma el lugar de la Esposa Mística" (Serrano,
El Cordón Dorado, p. 12), Hitler
perdió parte de sus poderes mágicos (siddhis).
De acuerdo a Serrano, el "Führer" del Tercer Reich
era un maestro tántrico de Shambhala, el "sumo
sacerdote de Occidente" (Serrano, El
Cordón Dorado, p. 121). Él vino a la Tierra a cumplir una misión: el
control del mundo por parte de la raza nórdica ("hiperbórea"). Pero en él Serrano no ve sólo la
encarnación de un arquetipo belicoso que se rebajó hasta un marco humano en los
años '30 y '40. En Hitler él reconoció directamente un tulku y un dios
enviado desde Shambhala. Hitler era,
según el Maestro de Serrano, "un ser altamente evolucionado, un Boddhisatva, un Tulku... la encarnación de una
Divinidad" (Serrano, Adolf
Hitler. El Último Avatara, p. 119).
Así como un tulku no tiene que aparecer solamente en la forma de
una persona concreta sino que más bien puede producir muchas emanaciones de su
Yo, así también los diversos "Führers" nacionales fascistas de
la primera mitad de nuestro siglo [XX] fueron las emanaciones de Adolf Hitler,
el más poderoso tulku central y príncipe de Shambhala: Benito Mussolini
en Italia; Oliveira Salazar en Portugal; Leon Degrelle en Bélgica; José Antonio
Primo de Rivera en España; Plinio Salgado en Brasil; Doriot en Francia; Jorge
González von Marées en Chile, y Subhash Chandra Bose en India. Toda la energía
fascista del mundo estaba concentrada en el "Führer" alemán
(Hitler):
"El tulku", dice
Serrano, "irradia de un centro de
mayor poder —Hitler en este caso— que los absorbe a todos, como un sol tremendo
y los arrastra en su fuego y su destino. Cayendo él, caen los demás, porque Él
es todos" (Serrano, El Cordón
Dorado, p. 121-122).
Según Serrano, Hitler también debe ser visto como la aparición terrenal
del Chakravartin:
"Para los iniciados SS,
Hitler era el misterioso Profeta y Mago que no sólo vendría a... restaurar el
sentido de la realeza divina, donde el Rey del Mundo, el Imperator, es
Sacerdote de sacerdotes y Rey de reyes; es el Führer, instaurando por
mil años, o más, una nueva Edad de Oro para la Tierra" (Serrano,
El Cordón Dorado, p. 354).
Esto está claramente destinado para el futuro, puesto que —según
Serrano— Hitler pronto retornará una vez más para cumplir su misión cósmica.
Uno puede pensar lo que quiera de tales pronósticos, pero en cualquier caso es asombroso
qué gran aumento de movimientos fascistas se ha conseguido por todo el mundo
desde el final de los años '80.
La SS como una Orden
Guerrera Tántrica de Shambhala
Para Serrano la iniciación tántrica es el rito central de una casta
guerrera "hiperbórea" (nórdica). Shambhala se considera como el sitio
de misterio supremo para la iniciación de los "sacerdotes-guerreros".
"En Shambhala", dice el autor, "se enseña el
uso del poder (Hvareno, Vril) que permite la mutación del hombre y de la Tierra;
se da la iniciación guerrera que lo hace posible... Los que siguen esta
corriente de iniciación han luchado por establecer aquí en la Tierra actual un
Orden Nuevo-Antiguo, con raíces en los orígenes trascendentes, por resucitar la
Edad Solar, y seguirán luchando hasta el final" (Serrano, El Cordón Dorado, p. 114) [11].
[11]
Serrano considera a Julius Évola y, por extraño que parezca, a Hermann Hesse,
como los dos profesores que primero lo hicieron consciente del espíritu bélico
del budismo: "Estoy en deuda con ambos porque llegué a conocer el
budismo como un camino del guerrero. Évola explica que la religión de Gautama
es principalmente una enseñanza bélica que provino de un príncipe que
pertenecía a la casta guerrera india, la de los kshatriyas" (Isidro
Palacios, 1990, p. 11).
Esa orden es la hermandad secreta de los
oficiales de Shambhala, que durante siglos se han encarnado en nuestro mundo,
por ejemplo, como Caballeros del Santo Grial o como Rosacruces o finalmente
como la élite ocultista de la SS, la
célebre Schutz-Staffel de Hitler.
"Una vez al
año", nos enteramos, "se reunían los SS del Círculo Interior con sus Jefes
Máximos, en un período de retiro, recogimiento y meditación. Se practicaba un
tipo no revelado de yoga occidental" (Serrano, El Cordón Dorado, p. 76).
Según Serrano los SS estaban divididos en dos secciones, una
esotérica interna y otra externa. "Los
SS exotéricos" eran
seleccionados para "cumplir
con las más difíciles acciones y aventuras en la superficie", los
cuales "no conocieron el esoterismo
de la Orden Negra, sus prácticas y enseñanzas, sus contactos invisibles y su
doctrina oculta" (Serrano, El Cordón Dorado, p. 116). El "círculo interno" de la SS estaba formado por "los Sonnenmenschen, los hombres-sol, los superhombres, los
hombres-dios, el hombre total, el hombre-mago. La nueva aristocracia de la raza
aria y no esa aristocracia tradicional degenerada que Évola hace suya y
defiende" (Serrano, Adolf
Hitler. El Último Avatara, p. 96). Los SS
esotéricos eran siddhas (magos) del reino subterráneo de Shambhala, o al
menos sus mensajeros. En alemán, SS
son las iniciales del "Sol Negro" ("schwarze Sonne"),
y Serrano también llamó a los miembros de la Orden como "los hombres
del Sol Negro". Nos acordamos de que el planeta de oscuridad, Rahu, que oscurece al Sol y la Luna,
también es mencionado en el Kalachakra Tantra como el Sol Negro.
El autor está convencido, por supuesto, de que eran practicados ritos
mágicos sexuales en la SS (la "nueva
aristocracia de la raza aria"). Tal como Julius Évola antes de él, el
chileno hace constantes referencias en sus escritos a cómo la sexualidad puede
ser convertida en agresiva energía militar de alta calidad y poder político por
medio de las prácticas tántricas: "Ven,
tómame. Tómame como un guerrero", le dice una amante (su karma
mudra) en una etapa en sus novelas claves, "Te daré mi corazón para
que lo devores y después podremos intercambiar nuestras sangres" (Serrano,
ELELLA, 1972, 2ª parte). En Elella
el autor recomienda a los héroes iniciados en los tantras que "el
guerrero debe dar a la muerte el rostro de la amada. Así se logra la
feminización ardiente de la muerte" (Serrano, ELELLA, 1973, 3ª parte). Para Serrano, las prácticas tántricas y la
vida de culto de una casta guerrera fascista y esotérica son una sola cosa.
Adicionalmente, la magia sexual de la SS estaba relacionada con
experimentos raciales, que intentaban una mutación de la raza humana, o mejor
aún, una recuperación de los antiguamente prestigiosos hombres-dioses arios que
en el oscuro y distante pasado se habían manchado por medio de relaciones
sexuales "ordinarias" con mujeres humanas y produjeron una raza
menor. Según Serrano, tales experimentos fueron conducidos en el castillo de Wewelsburg,
en Westfalia, el centro oculto de la SS. Un "Laboratorio de Magia Levógira" para la re-creación de la
raza aria original y pura debía ser encontrado allí (Serrano, Adolf Hitler. El Último Avatara, pp. 488
y 589 y s.). Pero aquellos laboratorios no eran nada más que las ramas de la
superficie de los correspondientes establecimientos en la subterránea
Shambhala. "Se aspiraba en Shampula
a producir una mutación en la especie que permitiera volver a lo que fue antes
de la mezcla con los hijos de los hombres", cuando ellos todavía
tenían "cuerpos blancos, transparentes,
los cabellos de lana, el oro del pelo de las sacerdotisas del hielo"
(Serrano, ELELLA, 1973, 3ª parte).
Como tántricos, los SS estaban "más allá del bien y el
mal", y por esa razón sus "terribles hechos" fueron justificados
por Serrano, además de que tuvieron lugar por una orden cósmica superior.
"Se dice que la orden de perseguir a los gitanos", por
ejemplo, "le llegó a Hitler desde el
Tíbet. De Shamballah, seguramente. Los gitanos habían residido un tiempo en
Agharta, según René Guénon (pensemos mejor en Shamballah), y de allí fueron
expulsados. Las razones eran conocidas en el Tíbet del Dalai Lama"
(Serrano, El Cordón Dorado, p. 224).
Al igual que los Caballeros Templarios, el núcleo oculto interior de la SS eran encarnaciones de los guardianes
del santo Grial, el "grial de los siddhas [los magos], de la
iniciación solar y guerrera" (Serrano, El Cordón Dorado, p. 116). Los milagros que irradiaban desde el
Grial fueron evidentes en
los logros de la Orden Negra en el curso de la Segunda Guerra Mundial:
"Si se analiza lo conseguido por los hitleristas en todas las
áreas de la creación, en el solo espacio de seis años, no se puede menos de
admirar ese milagro, estableciendo una comparación con el templario. Y se llega
a creer que las SS también han encontrado el Gral y hasta lo han descifrado"
(Serrano, El Cordón Dorado, p.
125).
Incluso se supone que la arquitectura monumental del Tercer Reich
fue preparada en los sitios de edificación de Shambhala. Los Hiperbóreos (los
dioses del Norte), podemos leer, "Averiguando
que los desastres se producían de manera cíclica, construyeron dos ciudades
subterráneas en el interior de los Himalayas. Ellas fueron llamadas Agarthi y
Shampula (...) En Shampula ellos enseñaban la magia que había hecho posible las
construcciones megalíticas" (Serrano, ELELLA, 1972, p. 54).
En la Segunda Guerra Mundial las fuerzas
de la luz y la "raza solar"
(Hitler y la SS) estuvieron opuestas a las fuerzas de la oscuridad y la "raza lunar" (los Aliados y
los judíos). Ésa no fue ninguna guerra común sino más bien una batalla global
entre los dioses (los nacionalsocialistas, la clara raza aria) y los demonios
(los judíos, la oscura raza semítica), entre Odín, el dios más alto de los
pueblos germánicos, y Yahvé, el dios más alto de los judíos. Los héroes
nórdicos (hiperbóreos) lucharon contra el "Señor
de la Oscuridad", el "satánico Demiurgo". En el fondo, dice Serrano, los poderes patriarcales y
matriarcales estaban en guerra.
Es verdad que Hitler en apariencia perdió la guerra, pero por su
sacrificio y su ejemplo él salvó los ideales de la casta guerrera de Shambhala.
Él retornará a la cabeza de su "ejército
salvaje" para finalmente liberar a la raza blanca del Señor de la Oscuridad
(Yahvé). Se llegará entonces a una terrible batalla final.
"Tal era la dimensión de
Hitler, el Enviado de los Siddhas de
Hiperbórea, el Tulku, el Boddhisatva,
el Chakravartin, el Führer de los arios, que
el Demiurgo Yahvé debió movilizar contra Él todas sus legiones terrestres y
extraterrestres" (Serrano, Adolf
Hitler. El Último Avatara, p. 250).
Uno bien puede descartar las visiones de Serrano como el producto de una
imaginación hiperactiva, pero no se puede negar que el fascismo moderno ha encontrado un hogar y un precursor en el mito
de Shambhala y en el tantrismo. Sus concepciones y visiones mitológicas del
poder pueden sin dificultad ser puestas en armonía con la práctica y la
ideología política del Kalachakra Tantra en todos los asuntos
fundamentales. El movimiento de la Derecha ocultista hacia el budismo tibetano
por lo tanto no debe ser de ninguna manera entendido como el aprovechamiento
del dharma para objetivos innobles, ya que hay una profunda relación
interna entre esos dos modos
de mirar el mundo.
El Decimocuarto
Dalai Lama y Serrano
Naturalmente, el decimocuarto Dalai Lama simplemente descartaría
cualquier vínculo entre el mito de Shambhala, el Kalachakra Tantra y el
"Hitlerismo Esotérico" de Serrano, independientemente de cuán
estrechamente coincidentes puedan ser los principios conceptuales de los dos
sistemas. Sin embargo, es de gran interés para nuestro estudio culturalmente
crítico que el Kundun se reuniera con el racista chileno varias veces
(al menos en 1959, 1984 y 1992).
Cuando el Dalai Lama visitó Chile en el año 1992, él fue saludado en el
aeropuerto por, entre otros, el líder nacionalsocialista de Chile, Miguel
Serrano. El principal ideólogo del Hitlerismo Esotérico dijo a los reporteros
presentes que él y el jerarca del Tíbet habían sido buenos "amigos" desde la época de Serrano en India (Tom Grunfeld,
The Making of Modern Tibet, 1996, p.
302). Serrano era también amigo del alemán que vivía en India a quien tan a
menudo hemos citado, el lama (Anagarika)
Govinda [nacido como Ernst Lothar Hoffmann, 1898-1985], en cuya torre de
meditación con una vista de las montañas de los Himalayas él era capaz de
sumergirse en sí mismo.
![]() |
Dalai Lama y Miguel Serrano, Aeropuerto de Santiago de Chile 1992 |
El primer encuentro con el Kundun ocurrió en 1959. Según su propio relato, el fundador del "Hitlerismo esotérico" fue el único extranjero que saludó al Dalai Lama cuando él cruzó la frontera india después de su huída desde el Tíbet.
"Poco antes de la toma del
Tíbet por las tropas de Mao", cuenta él en sus propias palabras, "el Dalai Lama consiguió huír a India.
Yo viajé al Himalaya para esperarlo allí. Me puse unas ropas tibetanas que el maharajá de Sikkim me había dado para intentar llegar al Tíbet desde allí.
Llegué a la frontera tibetana, donde, casualmente, conocí a uno de los hijos de
Roerich que también me dio un informe de la ciudad escondida que estaba en las
montañas (Shambhala). El todavía en ese entonces muy joven Dalai Lama, más
tarde, cuando todo se había acabado, me dio un pequeño perro tibetano, como un
signo de su gratitud" (Isidro Palacios, Entrevista con Miguel Serrano,
1990, p. 4).
En cualquier caso es interesante que el Kundun, que fue
introducido en la cultura occidental por un miembro de la SS (Heinrich
Harrer), se encontrara, como el primer occidental después de su cruce de la
frontera india, con el fascista Miguel Serrano, que ve un mítico mandato desde
el reino de Shambhala en el núcleo esotérico de la SS. Serrano dice de
sí mismo: "Fui empleado como un
instrumento y continúo siendo usado" (CEDADE, 1986). Podemos
recordar que tras cruzar la frontera, el Dalai Lama descargó el grito de "¡Victoria para los dioses!".
Los dioses que Serrano representaba y como cuyo instrumento él servía, eran
Wotan, Odín, y, en sus propias palabras, Adolf Hitler.
En lo que se refiere a la "encantadora" perra del
templo tibetano de "color amarillo miel" que le fue dada por
el Kundun, esa criatura tenía un significado muy especial para el
chileno. Los lamas, dice el autor, se
referían a esa pequeña raza de perros como "el León de la puerta
trasera del Templo". La "leona de la puerta trasera" de
Serrano fue llamada Dolma, "el nombre de una Diosa del Tíbet; en
verdad, Shakti" (Serrano,
Adolf Hitler. El Último Avatara, p.
189). Dolma es el nombre tibetano para la diosa Tara. Tan abstruso como pueda
sonar, después de algún tiempo el chileno reconoció en la Dolma dada a
él por el Kundun la reencarnación de una mujer a la que él una vez amó
como una "compañera mística"
y que (de acuerdo con las leyes del "sacrificio femenino tántrico")
había tenido que morir (Serrano, Adolf
Hitler. El Último Avatara, p. 189).
Como Dolma la perra un día falleció en sus brazos —Serrano había volado
desde España a Viena sólo para acompañarla en la eternidad— él recordó un
acontecimiento de dimensiones mitológicas del siglo XVI. Como si él estuviera
en un trance, de repente sintió que no era la tibetana Dolma sino más bien la
hermana agonizante del último emperador azteca, Moctezuma, de nombre Papán, a
quien él tenía en sus brazos. Papán —afirmó Serrano— originalmente una alta
sacerdotisa del Norte ("Hiperbórea"), había predicho en Méjico —según
la leyenda— el regreso de los dioses Blancos a América. En su hora final, Dolma
(la perra) irradió la energía de la princesa azteca que tuvo que sufrir una
muerte de sacrificio ritual.
Gracias a esa visión Serrano pudo experimentar una vez más la
fascinación que habitualmente lo inundaba al abrazar mujeres agonizantes,
incluso si una de ellas hubiera esta vez estado encarnada en una perra. En su
libro Nos, un perro agonizante (probablemente el destino de Dolma
está detrás de eso) le habló como un amante tántrico con una voz humana: "Ya
no me necesitas afuera. Aullaré dentro de ti, como mi hermano el lobo" (Serrano,
Nos, pp. 36-37).
Tales experiencias "herméticas" centrales naturalmente ataron
profundamente al chileno al Kundun y a su cosmovisión tántrica, y
entonces tampoco es sorprendente que Serrano vinculara el "Hitlerismo
esotérico" y el destino de Alemania al Dalai Lama directamente: Su "destino",
dice Serrano del 14º Dalai Lama, estuvo "estrechamente ligado al de la
Alemania hitleriana, por lazos aún no descubiertos. El Tíbet cae a pocos años
de distancia de Alemania" (Serrano, El Cordón Dorado, p. 224).
El chileno no sabía todavía acerca del
pasado SS de Heinrich Harrer, el "mejor amigo" y
profesor del Kundun, ya que aquello se hizo conocido primeramente en
1997 en conexión con la película "Siete Años en el Tíbet".
Pero podemos estar seguros de que ese hecho habría sido citado por él como
evidencia adicional para justificar una conexión oculta entre Shambhala y la SS, entre el Dalai Lama y Adolf Hitler,
particularmente dado que el chileno indica en muchos puntos en sus escritos que
la SS envió "misiones
secretas" al Tíbet a fin de buscar rastros de la raza aria allí.
Serrano permite que él sea reconocido como el "Führer" del
movimiento nacionalsocialista de Chile. Su calendario comienza con el año de
nacimiento de Adolf Hitler en 1889. Él describe el "Hitlerismo
esotérico" como "la nueva religión de los jóvenes héroes y futuros
guerreros y sacerdotes, el verdadero mito del próximo siglo" (CEDADE,
1986). En 1989, en el centésimo aniversario del nacimiento de Hitler (el año
100 para Serrano), fue organizada una celebración conmemorativa en la cual
hablaron el chileno y representantes del "Hitlerismo esotérico" de
varios países (Chile, España, Italia, Alemania):
«En la cumbre de una montaña en la
cordillera de los Andes que domina Santiago», escribe el periódico chileno La
Época, «y a los sonidos de La
Cabalgata de las Valquirias de "El Anillo de los Nibelungos"
de Wagner, aproximadamente 100 seguidores chilenos y extranjeros conmemoraron a
Adolf Hitler en el crepúsculo de la tarde de ayer y prometieron que en la nueva
época Hitlerista el duradero triunfo de sus ideas provendría desde Chile...
Hitler, opina Serrano, sería resucitado en los Andes ("Andes"
significa "humano perfecto y total") y él haría como el Caleuche
(un místico barco de Chile, cuyo nombre significa "el hombre que
Retorna") e introduciría la Era de Hitler» (La Época, 21
de Abril de 1989).
Dicho evento no debería ser subestimado sobre la base del pequeño número
de participantes. Para Serrano aquello tenía un significado ritual/simbólico, y,
por ejemplo, fue reportado detalladamente en la escena neo-nazi alemana.
En círculos fascistas de todo el mundo, Serrano es una fuente de
información fidedigna, y sus extrañas visiones ejercen de hecho una fascinante
atracción en muchas personas jóvenes. Sus libros nacionalsocialistas son
abiertamente ofrecidos para la venta en todos los países sudamericanos. La
traducción alemana de "El Cordón Dorado. Hitlerismo Esoterico" está
disponible como un libro de tapa dura (Das Goldene Band. Esoterischer
Hitlerismus). Copias muy buscadas de las otras obras (sobre Hitlerismo) en
traducción alemana y ensayos individuales de propaganda están en circulación y
son pasadas de mano en mano. El místico neo-nacionalsocialismo de Serrano tiene
un claro atractivo para las generaciones más jóvenes. El historiador Goodrick-Clarke
escribe:
"Aquí el Nacionalsocialismo ya está separado del contexto
histórico del Tercer Reich y
es representado como una ideología global y racista de supremacismo Blanco. Un
colorido de mitología pop, hinduísmo y dioses arios extraterrestres
añade un llamativo atractivo a los poderosos mitos de elitismo, destino
planetario y la conspiración cósmica de los judíos..." (Nicholas Goodrick-Clarke, Black Sun, 2002, cap. 9) [12].
El Dalai Lama nunca se ha distanciado de Serrano. En vez de oponerse de
manera decisiva al fascismo en cualquier país, él recientemente [Abril de 1999]
pidió que al ex-Presidente chileno Augusto Pinochet le fuera evitado un proceso
judicial [ilegal].–
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