Firmado por Benjamin Garland, en Noviembre pasado apareció en al menos
tres sitios diferentes el siguiente artículo (The Jewish Contribution to the European Integration Project) que
hace referencia a una conferencia efectuada en Israel en 2013 donde se abordó
el tema de la contribución judía a la formación de la multiculturalidad y las
leyes represivas que la sostienen. Hemos traducido este texto desde renegadetribune.com y a pesar de su
brevedad creemos que realiza algún aporte a la comprensión del problema.
La Contribución Judía al Proyecto de
Integración Europea
por Benjamin Garland
1º de
Noviembre de 2015
Me he encontrado recientemente con un
interesante documento [1] que detalla una conferencia que tuvo lugar en Israel
el 7 de Mayo de 2013, llamada la "Contribución Judía al Proyecto de
Integración Europea".
[1]
http://www.kas.de/wf/doc/kas_36349-1522-1-30.pdf?131211155732
El documento consiste en transcripciones
de las charlas dadas por los diversos representantes judíos y europeos que
estuvieron presentes en la conferencia, que fue patrocinada por la Fundación
Konrad Adenauer de Alemania, y bien vale la pena leerla.
El doctor Sharon Pardo, en sus
"Comentarios de Bienvenida", comienza la conferencia con un diluvio
de enfermizas alabanzas para los judíos como el "Pueblo Elegido de Europa" y la "esencia de la europeidad".
Un ejemplo de una razón dada para esa
alabanza es que "los judíos en el siglo XX fueron el principal elemento
cosmopolita e integrador en Europa central: Ellos fueron su aglutinante
intelectual, una versión condensada de su espíritu, los creadores de su unidad
espiritual", pero sobre todo se afirma aquello a partir del hecho de
que ellos son y han sido los principales promotores e instigadores de la
"multiculturalización" de Europa, es decir, la integración forzada y
la destrucción de la identidad, cultura y tradiciones de los europeos Blancos
autóctonos, que van ahora, gracias a este multiculturalismo, probablemente a
ser sustituídos por un califato islámico que, con toda probabilidad, será
definido por barrios plagados de crímenes, terrorismo, violaciones masivas y
brutales guerras intestinas a largo plazo.
Imagine llevar a cabo una conferencia
internacional en la cual oradores europeos afirmaran que los Blancos son el
"Pueblo Elegido de Israel" y la "esencia de la hebraidad"
debido a su importante papel en la destrucción de la identidad judía y la
integración forzada de millones de negros y musulmanes en Israel, y usted
tendrá una idea de cuán absurdo y ofensivo es todo esto.
El mensaje y el tono del documento son
esencialmente que debido al presunto "Holocausto"
judío, Europa debe ser mezclada y mestizada con salvajes del Tercer Mundo para
que los Blancos expíen el pecado imperdonable de permitir que los Elegidos de Dios
hubieran sido dañados.
Este mestizaje y destrucción deliberada de
la identidad europea y de la raza Blanca siempre ha sido el objetivo de la Unión
Europea. Richard Coudenhove-Kalergi, cuyas ideas fueron la inspiración para
la Unión Europea y para el "proyecto de integración" europeo,
escribió en su libro Idealismo Práctico que
"El hombre del futuro será de raza
mezclada. Las razas y las clases de hoy desaparecerán gradualmente debido a la
desaparición de espacio, tiempo y prejuicios. La raza euroasiática y negroide
del futuro, similar en su aspecto a los antiguos egipcios, sustituirá la diversidad
de pueblos con una diversidad de individuos".
Kalergi se refirió a los judíos como "una nobleza espiritual de Europa",
y afirmó que la emancipación de sus ghettos era un regalo de la
Providencia que "proporcionó a Europa una nueva raza de la nobleza por
la gracia del Espíritu".
Desearía que se pudiera decir que el plan
de Kalergi para una Europa mestizada gobernada por judíos era sólo alguna clase
de paranoide teoría de conspiración anti-judía, pero lamentablemente parece ser
una realidad, una que este documento sólo sirve para reforzar. Las
transcripciones de los discursos proporcionadas allí presentan los típicos
lloriqueos acerca de la amenaza del anti-judaísmo que usted esperaría de tal
conferencia, así como algunas historias de judíos importantes que han
contribuído decisivamente a hacer del "proyecto de integración" de la
Unión Europea una realidad, como Walter Rathenau y Fritz Bauer.
Fritz Bauer es elogiado por su papel como
acusador en el segundo juicio de Auschwitz de 1963-1965 [2] donde él
exitosamente transfirió la culpa por el presunto genocidio de los judíos desde
la dirigencia del NSDAP a no sólo los alemanes sino a todos los europeos
colectivamente. Ése fue, por supuesto, un resultado mucho más beneficioso para
los judíos, ya que ayuda a colocarlos fuera del alcance del reproche y al mismo
tiempo desarma moralmente a sus competidores europeos, y por eso Bauer es
celebrado, específicamente porque:
"El crimen contra la Humanidad
cometido por los alemanes se ha convertido, en gran medida gracias a los
esfuerzos de Fritz Bauer, en una parte esencial de la memoria histórica
colectiva tanto alemana como europea. Sin él, el público alemán habría
seguido viviendo en silencio acerca de los crímenes nacionalsocialistas durante
un tiempo mucho más largo".
[2]
https://en.wikipedia.org/wiki/Frankfurt_Auschwitz_trials
El segmento más sorprendente del documento
es de Michael Mertes, quien no es un judío sino más bien un alemán que se odia
a sí mismo. Mertes está aparentemente tan destruído por la culpa y el odio
racial hacia su propio pueblo alemán que él afirma sentir "una profunda
incomodidad con los símbolos del orgullo colectivo, como la bandera nacional,
el himno nacional y las solemnidades nacionales".
Mertes describe la fuerza impulsora que
está detrás del proyecto de integración europea, con sus alusiones filo-judías
y anti-nacionalistas, como sigue:
"El nacionalismo (por lo menos su
versión etnocéntrica) había identificado a los judíos como una minoría ajena,
los excluyó de la Volksgemeinschaft —la comunidad nacional— y finalmente
los trató como enemigos que no tenían derecho a la vida. En ese sentido, la
lucha contra el nacionalismo y la lucha contra el anti-semitismo siempre
han sido los dos lados de la misma moneda".
Así, el proyecto para derribar las
fronteras europeas y hacer de los Blancos una minoría en sus propios países a
fin de asegurar la seguridad perpetua para los judíos, es una necesidad que
reemplaza cualquier consecuencia negativa posible que pueda resultar de aquel
proyecto, y por eso Mertes trabaja con entusiasmo y energía para conseguir
aquel fin.
Para ponerlo en perspectiva, éste era un
alemán sentado en el altamente nacionalista e híper-racista Estado de Israel,
muy literalmente tramando el exterminio de su propio pueblo como el justo
castigo por el "Holocausto", un acontecimiento que
supuestamente ocurrió hace más de 70 años por individuos que ya no están vivos.
También tenga presente que Israel es un Estado étnicamente homogéneo que
expulsa a los no-judíos [3] con regularidad y que solicita una prueba de ADN
para conceder la ciudadanía [4].
[3]
http://davidduke.com/jewish-supremacists-demand-america-take-refugees-israel-imprisons-expels/
[4] http://davidduke.com/israel-demands-dna-test-for-russian-immigrants/
Mertes incluso llega tan lejos como a
prometer que si la integración forzada / genocidio de los europeos, a cargo de
los judíos, llegara a provocar un contragolpe significativo, una ley de
emergencia que suspendiera el derecho a voto de los nacionalistas —a lo cual él
se refiere como una "opción nuclear"— podría muy bien ser puesta en
práctica:
"Si la crisis del Euro reforzara
considerablemente a los partidos extremistas derechistas que abogan
abiertamente por políticas anti-extranjeros y una cosmovisión anti-judía, el
Artículo 7 podría convertirse en una seria opción".
El artículo 7 es citado como sigue:
"El Consejo, actuando por una
mayoría de cuatro quintos de sus miembros después de obtener el consentimiento
del Parlamento Europeo, puede
determinar que hay un claro riesgo de una seria contravención, por parte de un
Estado miembro, de los valores referidos en el Artículo 2. (...) [El Consejo]
puede decidir suspender algunos de los derechos que se derivan de la aplicación
de los Tratados al Estado miembro en cuestión, incluyendo el derecho a voto del
representante del gobierno de aquel Estado miembro en el Consejo".
Que ellos bombardearían a un país hasta el
olvido si se volviese nacionalista, usando el presunto "Holocausto"
como pretexto, también está fuertemente implicado por Mertes, con Servia
dada como un ejemplo:
«Podría
haber situaciones donde los imperativos de "Nunca otra vez guerra" y
"Nunca otra vez genocidio" fueran mutuamente incompatibles, y que al
imperativo "Nunca otra vez genocidio" tuviera que serle dada
prioridad moral en caso de duda. Cuando el gobierno alemán "verde
rojo" del canciller Gerhard Schröder (un socialdemócrata) decidió a
principios de 1999 participar en la campaña militar de la OTAN contra Servia
para proteger a los albaneses étnicos de Kosovo, el ministro de Asuntos
Exteriores Joschka Fischer (un miembro fundador del pacifista Partido de los
Verdes) justificó aquel paso citando el imperativo "Nunca otra vez Auschwitz"».
"La Shoah ha tenido un
fuerte impacto siempre creciente sobre la integración europea", dice
Mertes, garantizando a los judíos que "la lucha contra el
anti-semitismo se ha convertido en una prioridad número uno en la agenda de las
élites e instituciones europeas".
Las implicaciones de estas declaraciones
son muy siniestras en verdad.
Lo que Mertes y otros líderes europeos
como él están haciendo al poner los intereses de pueblos extranjeros por encima
de los propios, es cometiendo alta traición, de acuerdo a cualquier definición
razonable, así como genocidio, según la definición oficial de Naciones
Unidas [5]:
«Artículo II: En la Convención presente,
genocidio significa cualquiera de los siguientes actos cometidos con la
intención de destruír, del todo o en parte, a un grupo nacional, étnico, racial
o religioso, como tal:
(a) Matar a miembros
del grupo;
(b) Causar serio daño
corporal o mental a miembros del grupo;
(c) Provocar
deliberadamente sobre el grupo las condiciones de vida calculadas para causar
su destrucción física del todo o en parte;
(d) Imponer medidas
destinadas a impedir nacimientos dentro del grupo;
(e) Transferir a la
fuerza a niños de dicho grupo hacia otro grupo».
[5] http://www.genocidewatch.org/genocide/whatisit.html
Un embajador de España, Álvaro Albacete,
da una charla similar, usando la historia de la Inquisición como el pretexto
moral para permitir la inmigración masiva en España en particular, y la
historia del supuesto "Holocausto" para Europa en general.
Estos temas son muy reveladores
considerando la naturaleza de la conferencia. Los representantes europeos no
hablaron simplemente de cómo ellos pensaban que la integración era una buena
cosa, y sobre qué grande era que Europa estuviera encaminada a convertirse en
una gran y maravillosa utopía multicultural, y luego agradecer a los judíos por
su papel central en provocar eso; en vez de aquello, ellos hicieron
declaraciones como ésta:
«Es una iniciativa gubernamental de España
particularmente relevante... abordar la reforma del derecho penal en cuanto a
la incitación pública a la violencia o el odio, dirigidos contra un grupo
definido por su religión o creencia, ascendencia u origen étnico
(anti-semitismo en sentido estricto), así como públicamente aprobar, negar o
trivializar crímenes de genocidio (negación del "Holocausto")».
Y ésta:
«España no es un país anti-judío. Pero
hay algún anti-semitismo en España. El discurso de odio es corrosivo y
contagioso, y la corrupción moral que eso implica se extiende fácilmente por
medio de discursos demagógicos. Por esta razón, debemos ser tan claros como
nuestro lenguaje nos lo permita: El anti-judaísmo, o cualquier otro tipo de
discriminación, no tiene lugar en el mundo del siglo XXI en el cual estamos.
Esto es lo que queremos para España, y para el continente europeo entero».
No se requiere ser un genio para leer
entre líneas de las declaraciones citadas y entender de qué se trata todo el
asunto de la integración forzada: no es porque la "diversidad" sea
una fuerza real, o porque haya un bajo índice de natalidad entre los europeos,
o para ayudar altruístamente a "refugiados" que están en necesidad;
es acerca de la destrucción de Europa y los europeos como venganza por el "Holocausto"
—como castigo— y para impedirles tener alguna vez la capacidad de
organización y rebelión para conseguir de vuelta el control político desde los
judíos y ponerlo en manos de sus propios pueblos otra vez, como lo hicieron los
alemanes en los años '30.
Ésa es también, notaré, la única cosa que
realmente tiene algún sentido. La diversidad muy ciertamente no es una fuerza,
es una debilidad, como todos los datos lo demuestran, y como cualquiera puede
verlo; un índice bajo de natalidad podría ser arreglado mediante simples
programas gubernamentales incentivadores; y la mayor parte de esos supuestos
"refugiados" son (a) no realmente de países acosados por la guerra,
de todos modos, y (b) hombres sanos en edad militar que —si sus países realmente
estuvieran en guerra— deberían estar en casa luchando más bien que invadiendo
Europa y exigiendo todo gratis.
Que los judíos no quieran que los europeos
tengan otra vez la capacidad de votar en un gobierno anti-judío, por otra
parte, tiene perfecto sentido, y hasta ahora ellos han estado haciendo un muy
buen trabajo para conseguir ese objetivo.
El juego no ha terminado completamente
aún, sin embargo.–
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