El
viernes 4 de Abril de 2003 Sadam Hussein hizo una sorpresiva aparición pública
(la primera desde el comienzo del asalto por EE.UU. ese 20 de Marzo) televisada
por la televisión iraquí, rodeado de gente en las calles de Bagdad, en plena
campaña estadounidense de asalto contra Iraq ordenada por el perro Bush hijo.
El miércoles 9 de Abril (hace justo diez años) caería Bagdad, pero Abu Dhabi TV transmitió la que sería la
última visión de Hussein entre su pueblo, en el barrio de Azamiyah. Sobre el
comienzo de dicha agresión, que se remonta al asalto que efectuó el perro Bush
padre, que se conoce como la "Primera Guerra del Golfo" de 1991, y sobre
algunos episodios conexos, escribe el estadounidense señor Dean Henderson en el
siguiente texto que hemos puesto en castellano. Es un extracto del capítulo 12
(The Gulf Oil War) de su libro "Big Oil & Their Bankers in the Persian
Gulf" (2010), y ha sido él mismo quien ha seleccionado este fragmento
hace una semana en el sitio veteranstoday.com
publicándolo allí.
Anunnakis, Iraq y Pearl Harbor
por Dean Henderson
El proceso de robar el petróleo de Iraq comenzó cuando los banqueros Illuminati
engolosinaron a Sadam Hussein para que invadiese Irán. Mientras Hussein estaba
ocupado con los iraníes, el gobierno-títere de Kuwait se encargó de desplazar
lentamente su frontera Norte, en disputa desde hacía mucho tiempo con Iraq,
ampliándose hacia el Norte hacia el área que contiene el masivo yacimiento
petrolífero Rumaila, que los Cuatro Jinetes [Exxon
Mobil, Chevron Texaco, Royal Dutch/Shell & BP Amoco] ahora sabían que era uno de los
más ricos en el mundo.
Allí los kuwaitíes establecieron instalaciones militares, granjas e
instalaciones petroleras. La expansión añadió 1.450 kms² a Kuwait y le dio el
control de la parte Sur de Rumaila, que contiene la parte más grande de sus
aproximadamente 30.000 millones de barriles de petróleo. El terminal de
petróleo de Iraq en Fao fue destruído durante la Guerra entre Irán e Iraq,
mutilando la producción de la Compañía Petrolera Nacional Iraquí (INOC)
al Norte de Rumaila. Iraq quiso tomar en ariendo las islas de Warbah y Bubiyan
pertenecientes a Kuwait para servir como puertos marítimos profundos que
podrían sustituír a Fao. Los kuwaitíes se negaron.
En 1981 la Compañía Petrolera de Kuwait (KOC) compró la Santa
Fe Drilling Corporation y su filial de ingeniería de alta tecnología Braun.
La Santa Fe era un conocido frente de la CIA. La Braun había
ideado una nueva técnica de ángulo de perforación. A lo largo de los años '80
la KOC usó esta tecnología para perforar horizontalmente en el yacimiento petrolífero
Rumaila, el 90% del cual caía dentro del territorio iraquí [1]. Los iraquíes
dijeron que Kuwait robó petróleo crudo por un valor de 10.000 millones de
dólares.
[1. Ralph Schoenman, "Iraq and Kuwait: A History Suppressed",
Veritas Press, Santa Barbara, 1990].
Después de la Guerra del Golfo, Santa Fe continuó
robando el petróleo iraquí. En Abril de 1993 Kenneth Beaty, jefe de
exploraciones para Santa Fe, fue detenido por el gobierno iraquí cuando fue
encontrado dentro de Iraq comprobando un pozo de petróleo en Rumaila. Él fue
condenado a ocho años en la prisión de Abu Ghraib por acusaciones de intrusión
ilegal.
Las estimaciones de las reservas iraquíes de petróleo crudo siguen
subiendo. La estimación actual es de 112.000 millones de barriles, detrás sólo
de Arabia Saudí, desde 97.000 millones de barriles hace sólo una década. Y la
mayor parte de Iraq permanece inexplorado. David Mangan Jr., editor del The
Oil Daily, posteriormente dijo de la Guerra del Golfo: "Lo más
probable es que el plan estadounidense desde el principio fuera capturar el Sur
de Iraq, porque aquel suelo contiene los yacimientos petrolíferos más ricos
sobre la Tierra".
Pero Iraq contiene algo más importante que el petróleo. Rumaila está en
el corazón de lo que era Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates que
desembocan en el Golfo Pérsico. Las más antiguas escrituras del mundo están
grabadas en tablillas de arcilla sumerias sepultadas bajo el fango en los
estuarios de estos grandes ríos. Durante los tiempos bíblicos esta área era
conocida como Caldea. Fue aquí, dicen los investigadores de los Anunnaki,
donde los intrusos nibiruanos
decidieron aterrizar, debido a su suministro abundante de combustibles fósiles.
Según el principal investigador de los anunnaki Zacarías Sitchin,
éstos construyeron las grandes pirámides en Egipto como faros espaciales. El
científico de la NASA Maurice Chatelain está de acuerdo, y declara que "la Gran Pirámide de Keops era también un
faro espacial. Mirada desde arriba, la pirámide es visible desde una distancia
muy grande... la superficie de piedra pulida es un reflector de radar".
Las instalaciones de aterrizaje de los anunnaki pudieron haber estado en
la península del Sinaí.
Sinaí significa "brillante"
y, su nombre se deriva del dios babilónico "Sin". Sin era el nombre semítico para Nannar,
el hijo primogénito del líder anunnaki Enlil, que era el soberano de Ur,
la ciudad hogar del abastecedor de misterios antiguos y posible híbrido anunnaki
Abraham. Sin era también el nombre
caldeo para la Luna donde, según las tablillas sumerias, los anunnaki obtuvieron el ADN necesario
para sus experimentos híbridos humanos. Esto añade un completo nuevo
significado al mantra del Antiguo Testamento de que el hombre nació en
el pecado (sin, en inglés)
[Zecharia
Sitchin, "The Wars of God and Men",
Avon Books, New York, 1985].
Los investigadores afirman que el rey egipcio Ra era realmente
Marduk, hijo del comandante anunnaki Enki. Ra engendró a Shu y a Tefnut,
quienes se casaron entre sí y engendraron a Geg y a Nut. Ellos también se
casaron y engendraron a los reyes-dioses egipcios Isis y Osiris, junto con el
bíblico Set y a Neftis. El centro de control de vuelo anunnaki estaba en
el monte Moriá, que se traduce como "el
monte desde donde se dirige" [Sitchin, op. cit.].
Fue ante la vista exacta de esto que el rey Salomón construyó su Templo,
bajo el cual los Caballeros Templarios excavaron durante las Cruzadas,
largándose de allí con cargamentos de oro, el Arca de la Alianza (probablemente
un dispositivo anunnaki de radiotransmisión) y otras reliquias sagradas
ahora custodiadas por el Priorato de Sión.
Esta parte del Sur de Iraq puede contener pistas valiosas en cuanto a
los orígenes de la Humanidad, conocimiento estrechamente guardado por las
sociedades secretas conducidas por los banqueros Illuminati. El perpetuo estado de guerra con Iraq ha puesto a dicha
área fuera de los límites para los investigadores, mientras el número de gente
interesada en las teorías sobre los anunnaki gana una masa crítica.
Cuando las fuerzas estadounidenses invadieron Iraq en 2003, "saqueadores"
organizados se llevaron muchos artefactos importantes del Museo Nacional de
Iraq.
En Junio de 1990 el Embajador de Iraq ante EE.UU., Mohammed al-Mashat,
apareció en la CNN revelando la colaboración estadounidense/kuwaití en la
desestabilización de la economía de Iraq. Al-Mashat declaró: "Tengo en mi poder documentos de la CIA
que detallan un programa de desestabilización económica contra Iraq que
involucra a la Seguridad Estatal Kuwaití (KSS). El 14 de Noviembre de 1989 el
director de la CIA William Webster invitó a funcionarios de la KSS a Washington
a planear este esfuerzo de desestabilización" [CNN Headline News, 26 de Junio de 1990].
Al-Mashat leyó textualmente del documento
de la CIA, que declaraba: "Es
importante aprovechar la deteriorada situación económica de Iraq a fin de hacer
presión sobre éste para delinear la situación fronteriza. Una cooperación
amplia debería ser iniciada entre nosotros. La CIA también entrenará a 128
soldados kuwaitíes de élite para proteger a la familia Al-Sabah. Y ayudaremos a
automatizar las funciones del Departamento de Seguridad Estatal y a facilitar
el intercambio de información con Siria e Irán".
Al-Mashat llegó a decir que la riqueza petrolera de Kuwait estaba siendo
desplegada para financiar el tráfico de heroína de los rebeldes muyahidines en la región del Creciente
de Oro. Sólo meses antes de que Mashat hiciera esta afirmación, un sobrino del
emir kuwaití, el jeque Jaber Ahmed Al-Sabah fue detenido en Francia por
posesión de heroína.
Parte del esfuerzo de desestabilización efectuado por la CIA y los
al-Sabah contra Iraq implicaba reducir los precios mundiales del petróleo. En
la Cumbre Árabe de Mayo de 1990 en Bagdad, Sadam Hussein dijo que por cada
dólar menos en el precio de un barril de petróleo, Iraq perdía mil millones al
año. Él calificó a la superproducción kuwaití de crudo como un "acto de
guerra". Dos meses más tarde él presentó una demanda formal ante la Liga
Árabe llamando a Kuwait y a los Emiratos Árabes Unidos "agentes imperialistas"
en el Golfo. El rey Hussein de Jordania concurrió. En Julio de 1990 la OPEP
sostuvo una reunión de ministros del petróleo en Viena donde fue acordado que
cada nación miembro reduciría la producción para evitar futuras bajas en un ya
débil mercado del petróleo.
Un día después de la reunión Kuwait anunció que había cambiado de
opinión y aumentaría la producción. La Kuwait Oil Company inundó un
mercado ya sobre-aprovisionado con un barril de crudo kuwaití de exportación a
US$13,25. Los EAU siguieron el ejemplo. Dentro de tres meses el crudo iraquí
descendió de US$28 el barril a US$11, causando una pérdida de 14.000 millones
de dólares por ingresos del petróleo. La economía de Iraq es dependiente del
petróleo. En 1988 el petróleo proporcionó el 99,1% de la divisa fuerte de Iraq.
Tambaleándose bajo montañas de deuda por la guerra contra Irán, Iraq estaba
ahora hambriento por el desesperadamente necesario comercio exterior requerido
para atender esta deuda y reconstruír su economía destrozada.
El ministro de Asuntos Exteriores iraquí
Tareq Aziz escribió una carta al secretario general de la Liga de Estados
Árabes quejándose de que Kuwait había "puesto
en práctica un complot para intensificar el ritmo del avance gradual y
sistemático hacia el territorio iraquí. El gobierno kuwaití estableció
instalaciones militares, puestos de policía, instalaciones petroleras y granjas
en territorio iraquí".
Pero Aziz sabía que una fuerza más poderosa estaba directamente detrás
de los audaces movimientos de Kuwait, declarando: "Estamos seguros de que algunos Estados árabes están implicados en
una conspiración contra nosotros. Y queremos que ustedes sepan que nuestro país
no se arrodillará y nuestras mujeres no se convertirán en prostitutas y
nuestros niños no serán privados de comida. Es inconcebible que un régimen como
el de Kuwait pudiera arriesgarse a verse implicado en una conspiración de tal
magnitud contra un país grande y fuerte como Iraq si no estuviera siendo
apoyado por una gran potencia, y aquella potencia es Estados Unidos".
Mientras el mayor yacimiento petrolífero de Iraq estaba siendo dividido
por los Cuatro Jinetes y sus
sustitutos kuwaitíes, el feudo de los Al-Sabah estaba llevando el precio del
petróleo al suelo, a la vez que exigía el reembolso pleno de las
"subvenciones" a Iraq [por la guerra contra Irán]. En Julio de 1990,
mientras buques de guerra estadounidenses realizaban ejercicios en el Golfo
Pérsico, el Presidente iraquí Hussein se reunió en Bagdad con la embajadora
estadounidense ante Iraq April Glaspie. Hussein mostró su cólera hacia la
guerra económica de Kuwait contra Iraq. Él le dijo a Glaspie que pensaba tomar
una acción militar contra Kuwait para expulsarlos del yacimiento petrolífero
Rumaila.
Glaspie no dijo nada que desalentara a Hussein, diciéndole en cambio:
"No tenemos ninguna posición en
cuanto a los conflictos entre árabes". El 31 de Julio el Subsecretario
de Estado John Kelly dio su bendición implícita a los proyectos de Hussein
diciendo: "No tenemos ninguna relación
de tratado de defensa con ningún país de Golfo. Eso es claro... históricamente
hemos evitado adoptar una posición sobre disputas fronterizas".
Glaspie y Kelly estaban ambos mintiendo y dándole a Hussein luz verde
para atacar a Kuwait. Unos días más tarde los Guardias Revolucionarios iraquíes
hicieron huír a los kuwaitíes desde Rumaila. Tanto una carta escrita por el
presidente Bush (padre) a Hussein el 28 de Julio como las instrucciones de
Ministerio de Asuntos Exteriores a Glaspie le fueron retenidas a un comité de
Senado que investigaba las raras respuestas de Glaspie y Kelly ante las
amenazas iraquíes. El portavoz del Departamento de Estado Richard Boucher dijo
que los documentos fueron retenidos para "permitir a los presidentes y líderes extranjeros hablar libremente".
Mírelos Morir a Todos
No era la primera vez que un Presidente estadounidense permitía el
derramamiento de sangre para proporcionar un pretexto para una guerra
económicamente beneficiosa, ni tampoco sería la última. La "no respuesta"
de Bush a Sadam Hussein recordaba las acciones de F.D. Roosevelt que condujo al
bombardeo japonés de Pearl Harbor y a la entrada estadounidense en la Segunda
Guerra Mundial.
Una encuesta Gallup de 1940
mostró que el 83% de los estadounidenses estaba contra la participación
estadounidense en la guerra. La masa bancaria de Londres quería la intervención
estadounidense para ayudar a cimentar la "relación especial" entre
EE.UU. y Gran Bretaña, que sirve como el paradigma neo-colonial del día. Roosevelt
era un conocedor de Wall Street. Él sólo puso en marcha su populista Nuevo
Trato para poner un freno a la revolucionaria cólera pública causada por el
desplome de 1929. Su tío Frederic Delano era un miembro del primer Consejo de la Reserva Federal. El masón
de grado 33 y funcionario de confianza del Council on Foreign Relations
necesitaba un pretexto para proporcionar tropas estadounidenses para la defensa
de los monarcas europeos, a los cuales todo masón jura fidelidad, a sabiendas o
no.
El CFR puso las cosas en marcha animando a
Roosevelt a enviar ayuda a China y a estrangular el comercio japonés mediante
bloqueos navales. Roosevelt ordenó a la Flota del Pacífico que se moviera hacia
el vulnerable Pearl Harbor a pesar de numerosos informes de Inteligencia acerca
de la inminente agresión japonesa y por sobre las objeciones del almirante
James Richardson.
En 1932 y 1938 la Marina efectuó ejercicios en presencia de agregados
militares japoneses, simulando la destrucción de la Flota del Pacífico en Pearl
Harbor. (Aquel 1941) seis portaaviones japoneses desaparecieron del radar
después de ser vistos navegando hacia Estados Unidos. El Jefe del Estado Mayor
del Ejército estadounidense George Marshall envió un mensaje ambiguo a los
comandantes militares de Pearl Harbor el 27 de Noviembre de 1941, que decía:
"Posible acción hostil en cualquier
momento. Si las hostilidades no pueden ser evitadas, EE.UU desea que Japón
cometa el acto manifiesto en primer lugar".
Las advertencias vinieron del director de la FBI J. Edgar Hoover, del
embajador estadounidense ante Japón Joseph Grew, del general de brigada Elliot
Thorpe desde Java, y de la Inteligencia británica y holandesa. El 6 de
Diciembre la Inteligencia estadounidense dijo a Roosevelt que los portaaviones
japoneses estaban a 400 millas (645 kms.) de Hawai. De todos modos, Roosevelt
dejó la mayor parte de la Flota del Pacífico en el puerto. Durante la noche del
6 de Diciembre, George Marshall y el Secretario Naval Frank Knox tuvieron una
rápida conferencia en la Casa Blanca con Roosevelt. Más tarde ambos declararon
que ellos "no recordaban sus paraderos".
Mientras los acorazados y los destructores
permanecían en Pearl Harbor, los portaaviones más estratégicos fueron movidos.
Ni uno estaba allí el 7 de Diciembre de 1941. Roosevelt sabía que el poderío
aéreo era la clave para derrotar a Japón. El ataque "sorpresa" japonés
se llevó a cabo y 2.400 estadounidenses pagaron con sus vidas por el engaño de
Roosevelt. Otros 1.200 fueron heridos. Al día siguiente Roosevelt se dirigió a
la nación y pidió una declaración de guerra. Pearl Harbor terminó con el
aislacionismo estadounidense de una vez para siempre.
Roosevelt declaró su posición en una conversación telefónica
transatlántica con el Primer Ministro británico y socio francmasón de grado 33
Winston Churchill, declarando: "Un
ataque japonés contra nosotros, que provocaría la guerra... ciertamente
cumpliría dos de las exigencias más importantes de nuestra política... Lo que
no conozco, no puede hacerme daño".
Como el profesor Stuart Crane dijo:
"Si usted mira hacia atrás en cada guerra en Europa, usted verá que ellas
siempre terminaban con el establecimiento de un equilibrio de fuerzas. Con cada
reacomodo había un equilibrio de fuerzas en una nueva reagrupación alrededor de
la Casa de Rothschild en Inglaterra, Francia o Austria. Ellos agrupaban a las
naciones de modo que si algún Rey se salía de la línea, una guerra estallaba y
la guerra era decidida por el tipo de financiación. La investigación de las
posiciones de las deudas de las naciones en guerra indicará por lo general
quién estaba siendo castigada".
En 1939 el senador por Dakota del Norte Gerald Nye llamó la atención
nacional hacia un documento titulado "La
Siguiente Guerra" (The Next War),
el cual declaraba: "Persuadirlo (a
EE.UU.) a participar será mucho más difícil. Se necesitará una amenaza definida
para EE.UU... La situación será naturalmente facilitada si Japón se viera
involucrado... la rutina de la antigua diosa de la democracia". El
yerno de Roosevelt Curtis Dall habló de los poderes detrás de Roosevelt: "Durante mucho tiempo sentí que él...
desarrolló muchos pensamientos e ideas que le eran propios para beneficiar a este
país. Pero él no lo hizo. La mayoría de sus pensamientos fueron cuidadosamente
fabricados para él por el grupo del Consejo
sobre Relaciones Extranjeras y del Dinero Mundial".
Los banqueros internacionales ahora se dispusieron a castigar a
Iraq. Poco después de que Iraq atacara a Kuwait, el rey Hussein de Jordania se
unió con el presidente argelino Chadli Benjladid para organizar una Cumbre de
la Liga Árabe en Argel para tratar de
evitar una guerra en gran escala. Sadam Hussein estuvo de acuerdo en retirar
sus tropas desde Kuwait mientras la cumbre se estaba efectuando. Pero Egipto,
con el apoyo de EE.UU. y de Gran Bretaña, convenció a 14 de los 21 ministros de
Asuntos Exteriores para que concurrieran a denunciar a Iraq. El esfuerzo de paz
se vino abajo. Los Bilderbergers
tendrían su baño de sangre.
El 5 de Octubre de 1990 el embajador de
Iraq ante Naciones Unidas Sabah Talat Kadrat declaró en la Asamblea
General: "Estados Unidos y sus
aliados occidentales están buscando, mediante esta campaña militar, política e
informativa, conseguir el control de los pozos de petróleo e imponer una
hegemonía imperialista, política, económica y militar sobre el mundo, y sobre
los países del Tercer Mundo en particular".-
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